Los días de partido del Norwich City existe un gran motivo para acudir al estadio. “Él come paella, él bebe Estrella…”, resuena en las gradas de Carrow Road mientras hace las delicias de la afición de Los Canarios con su descarado estilo de juego. Acostado en el ala izquierda, jugando a pie cambiado, se ha vuelto un terror para las defensas. Con 1,74 de estatura reúne todo lo que se le puede pedir a un extremo: velocidad, desborde y dominio del balón, pero además guarda un tesoro en su pierna derecha, un portentoso disparo que le ha encumbrado como máximo goleador de la Championship League, la segunda categoría del fútbol inglés. Su nombre está de moda: Borja Sainz.
Este jugador nacido en Leioa hace 23 años se ha convertido en la gran esperanza de ascenso del Norwich, que ocupa la séptima posición en la clasificación, a un punto de los puestos de promoción a la Premier League y a cuatro unidades del liderato que ocupa el Sunderland. En nueve jornadas, Borja Sainz ha convertido siete goles, el número que porta a su espalda, y ha firmado dos asistencias. En total suma ocho tantos en once encuentros teniendo en cuenta una diana en la Copa de la Liga (Carabao Cup), muchos de ellos de bella factura. Nominado a mejor jugador del último mes, es el futbolista con mayor intervención en goles del campeonato doméstico y el segundo con mayor promedio de conversión (0,78 goles por partido), solo superado Tom Cannon (0,80), del Stoke City, pero en este caso solo ha disputado cinco partidos. Hablar de Borja Sainz es hacerlo de probablemente el jugador más determinante de la división de plata del fútbol inglés pese a que posee un valor de mercado de 2,2 millones de euros (según Transfermarkt) y un contrato en vigor hasta 2026.
¿Cómo ha llegado Borja Sainz a ser ídolo del Norwich? Su trayectoria se puede dibujar como el perfil de una etapa ciclista de alta montaña, porque después de escaladas hay descensos que a su vez encadenan nuevas subidas para encontrar puntos álgidos como el que vive en el Norwich. Así comenzó su historia: entró en dinámica de equipo a los 4 años, en el Lagun Artea de su Leioa natal. Su padre, el exfutbolista del Eibar Iñaki Sainz Beascoetxea, conocido como Navarro, y su tío, el exjugador Carlos García, que militó en el Athletic durante once temporadas, fueron estímulos para mostrar que los sueños pueden tornarse en realidad.
El desparpajo del chico captó la atención del Athletic, que reclutó al joven en edad de alevín. En Lezama permaneció hasta los 16 años, cuando el proyecto dio un giro. Mikel González, actual director general de fútbol del club bilbaino y entonces director del fútbol base del Alavés, intervino para atraer a Borja al club babazorro. La irrupción fue considerable. Debutó en el primer equipo a los 17 años. Era el primer jugador nacido en el siglo XXI que vestía la camiseta albiazul en la máxima categoría. Pero después de solo 44 partidos con el primer equipo, con dos goles y dos asistencias, la entidad alavesa decidió cederle al Zaragoza, donde participó en 35 encuentros con tres tantos y una asistencia. La experiencia no convenció en los despachos del Alavés, que se desprendió del futbolista, internacional con la sub’19 de España, donde amasó tres tantos en cinco partidos.
En su voluntad de explorar el fútbol más allá de las fronteras de España, Borja puso rumbo a Turquía, al Giresunspor, un club con solo seis temporadas en la máxima división en su historia que ahora milita en la tercera categoría. Pero Borja coincidió en uno de esos momentos cumbre del club. Allí se forjó una leyenda de matagigantes, porque la mayoría de los diez goles que transformó –junto a cuatro asistencias– en sus 34 duelos llegaron ante los equipos más poderosos del país. La fama comenzó a precederle.
El Norwich llamó a su puerta hace dos veranos. Borja Sainz hizo las maletas de nuevo. El aterrizaje fue una desgracia. Una lesión de ligamento en el tobillo le mantuvo apartado durante los doce primeros partidos. Incluso fue descendido al equipo filial. Pero la magia apareció en su debut, cuando a los diez minutos de saltar al terreno de juego desde el banquillo anotó su primer gol. De nuevo, en la montaña rusa que ha sido su carrera, llegó otro contratiempo. Recayó de la lesión y tuvo que volver a esperar hasta que en diciembre de 2023 se convirtió en habitual de la alineación titular. Desde entonces el viaje hacia la idolatración ha sido fulgurante. Cerró el curso con ocho goles y dos asistencias en 41 partidos. Fue gran artífice de la participación del Norwich en el play-off de ascenso a la Premier.
En su segunda temporada en el conjunto del este del país ya ha superado sus registros. Su imagen aparece en una pancarta gigante en la fachada del estadio y el club ofrece serigrafías gratis con su dorsal y su nombre. Es estrella. Borja Sainz triunfa en Inglaterra mientras equipos como el Athletic siguen atentos su evolución.