El Sestao River desempolva no tan viejos fantasmas. El conjunto verdinegro sufrió en Irún su segunda derrota consecutiva en liga, con lo que, junto a otros resultados de la jornada, cae hasta puestos de descenso, un vértigo que ya sufrió durante gran parte de la temporada pasada. El revés ante un Real Unión superior y llamado a pelear en la zona alta llega en medio del recorrido definitivo del club fabril en la Copa Federación, competición en la que se encuentra a dos victorias de lograr el objetivo de sacar billete para la Copa, con el desgaste físico y mental que puede ocasionar en la tropa de Ángel Viadero, que en el Stadium Gal puso en liza un once en el que repetían cinco jugadores que en menos de 72 horas habían competido en la larga eliminatoria ante el Calahorra en Las Llanas, saldada en la tanda de penaltis tras 120 minutos de disputa.

El calendario, por tanto, aprieta de lo lindo para este River, que mañana mismo viaja hasta Lugo para enfrentarse a un rival ante el que sucumbió en liga el pasado 8 de septiembre en Las Llanas, por lo que emerge una especie de deseo de resarcirse aunque sea en una competición diferente y por la que ha apostado la entidad para intentar competir en el torneo del K. O., que suele dar réditos para unas arcas necesitadas. Viadero tiene el dilema de cómo dosificar a sus futbolistas habituales, ya que a la vuelta del desplazamiento a tierras galletas reciben el próximo domingo a un exigente Barça Atlètic, compromiso en el que los verdinegros se juegan mucho para sacar la cabeza de los puestos de descenso.