Veterano curtido en mil batallas, Unai Bustinza (Bilbao, 2-II-1992) no quiere repetir el mal trago que le supuso descender con el Málaga a Primera RFEF el pasado curso, cuando la pérdida de categoría le dejó sin equipo hasta el último mercado invernal. A un punto de la salvación a falta de dos jornadas, los azules dependen de sí mismos para sellar la ansiada permanencia tras firmar una magnífica racha de resultados, si bien “en el fútbol, para bien y para mal, no vale para nada lo que hayas hecho hasta ahora”, remarca el central bilbaino, que subraya en la antesala del crucial choque del domingo ante el Espanyol en Lezama que en la Liga Hypermotion “todos los partidos son ganables”.

Dos jornadas por delante y tienen la permanencia a un punto. Sí se puede y siempre lo han dicho.

—Llegar hasta aquí tiene mérito dada la situación en la que estábamos hace quince jornadas, pero todavía no hemos hecho nada y nos quedan dos partidos importantísimos, vitales. Estamos ahí metidos en la pelea con ganas de acabar y rematar bien.

Sacaron adelante la final ante el Villarreal B en Lezama y la crucial visita a Tenerife el pasado sábado, en ambos partidos dejando además la portería a cero. ¿Por ahí pasa la llave para conquistar la permanencia?

—En esta categoría está claro que si consigues mantener la portería a cero tienes parte del trabajo adelantado, porque es una liga en la que los partidos se abren bien por la juventud de los jugadores o por las características de los equipos. Para un equipo como el nuestro tenemos claro que mantener la portería a cero nos permite estar siempre vivos en los partidos.

¿Qué importancia le da a que dependan de sí mismos para salvar la categoría?

—Le damos una importancia grande por la trayectoria que traemos y por la circunstancia en la que llegamos a estar, pero el fútbol, para bien y para mal, es lo que hagas en el momento. No vale para nada lo que hayas hecho hasta ahora. Quedan dos partidos muy importantes me atrevería a decir que para la trayectoria de cada jugador de este equipo.

Espanyol en Lezama y Mirandés en Anduva. ¿Se ven capacitados para sumar los seis puntos y firmar un pleno de victorias en las cuatro últimas jornadas?

—Tenemos claro que van a ser partidos muy difíciles por las circunstancias y los equipos a los que nos enfrentamos, pero en esta categoría no vale ese argot que se suele utilizar de que los equipos de arriba son de otra liga. Todos los partidos son ganables e intentaremos ganar los dos que quedan para poder disfrutar del objetivo conseguido.

El Espanyol vendrá jugándose sus opciones de ascenso directo. ¿Pesa más en estos casos la ilusión de subir o la necesidad vital de evitar un descenso?

—He vivido las dos circunstancias y ambas te cambian la trayectoria como futbolista. Viví el año pasado un descenso con el Málaga que me dejó sin equipo y fuera del mercado, así como un ascenso con el Leganés que me permitió hacer una trayectoria en Primera. Lo más importante es la capacidad que tenga cada uno para gestionar esa ansiedad y esas circunstancias que se dan para ser capaz de hacerlo lo mejor posible.

¿Espera un ambiente especial el domingo en Lezama?

—Como hasta ahora, no son fáciles las circunstancias de la afición del Amorebieta al jugar fuera del pueblo, pero los desplazamientos de cada fin de semana están siendo importantes. La gente nos está empujando, intenta ayudarnos en cada partido y nosotros lo notamos. Será un partido más en el que seguro que están presentes. Lo agradecemos y trataremos de sacarle partido.

Durante la temporada han tenido que hacer frente a momentos muy complicados. Lo fue estar a diez puntos de la salvación y lo ha sido conocer el delicado estado de salud de Félix Garreta.

—Es el fútbol y es la vida, no te queda otra que ir hacia adelante. Futbolísticamente hemos dado ese paso, pero qué decir de la situación de Félix, que parece que va mejor y sigue luchando por las noticias que nos llegan. Estamos contentos dentro de la situación que se ha dado por ver que un compañero que está en una situación dura y difícil va mejorando. El fútbol a veces cae a un segundo plano.

¿Qué culpa tiene Jandro Castro en el resurgir del equipo?

—Gran parte de culpa, porque llegó a un equipo que moralmente estaba tocado al encadenar muchas derrotas seguidas, vio los déficits que podíamos tener y ha sido capaz de trabajar bien el aspecto defensivo y dar una vuelta a la estructura del equipo. Está demostrando ser un buen entrenador y en una situación muy difícil está logrando sacar adelante al equipo.

¿Qué aprendió del descenso con el Málaga a Primera RFEF?

—Cada circunstancia es diferente y es difícil sacar algo muy concreto de una situación a otra, pero lo que intento transmitir es la importancia que tiene conseguir el objetivo. El año pasado me quedé con una mano delante y otra detrás como comúnmente se dice y muchas veces los jugadores nos volvemos un poco locos con el rendimiento individual, pero este es un deporte colectivo y lo que el grupo te da es infinitamente superior a lo que uno puede conseguir solo. Hay que poner todo lo que uno tiene al servicio del equipo, porque luego viene de vuelta.

Comenzó a entrenar con el equipo en noviembre y fichó en el mercado invernal. ¿Qué significaría para usted lograr la permanencia con el Amorebieta?

—Sería algo muy gratificante e importante en mi carrera. Vengo de un año complicado en el que sufrí, pero este año que estoy peleando en una circunstancia similar estoy disfrutando más como futbolista y poder salvar la categoría con un equipo de casa y con toda mi familia presente para dar continuidad al proyecto del club sería muy gratificante.