El Real Madrid se cobró la venganza de la pasada edición y, a lomos de un estelar Vinicius, se coronó como nuevo campeón de la Supercopa de España con un comienzo de partido vibrante en Arabia Saudí que dejó bien temprano en evidencia las carencias defensivas de un Barcelona descosido que sucumbió por 4-1 para ahondar las divergentes sensaciones que transmiten a estas alturas de la temporada uno y otro equipo.

Pronto comenzó el lío para el entonces vigente campeón, producto de una fatal la línea defensiva del Barça. Sin coordinación en los balones en profundidad del Real Madrid, sin saber si adelantar líneas o retrasarlas, concediendo demasiado espacio a los jugadores blancos. Cuando el Clásico aún se quitaba las legañas, desperezándose tras un susto de Ferran Torres con un taconazo que salvó Carvajal, Bellingham dibujó un magistral pase que cogió desubicado a Koundé, quien dejó libre de marca a un Vinicius para plantarse el brasileño en solitario ante Iñaki Peña, a quien dejó sentado en el mano a mano para abrir el marcador. 

Solo un minuto después, en el 8, el guardameta del Barça detuvo una clara ocasión de Rodrygo para mantener con vida al Barcelona, que solamente dos minutos después, ya en el 10, encajaba el segundo. Esta vez fue Carvajal quien lanzó un pase vertical al espacio que conectó con Rodrygo, que dejó a Vinicius un balón para empujar junto a la línea del gol. El equipo de Xavi Hernández se mostraba fuera del partido, en una decena de minutos era el calco del desastre. Una fragilidad pasmosa, imperdonable. 

La buena noticia para el conjunto culé, si podía haber alguna para lo que acontecía con un equipo asomado al abismo, era el minuto que corría. Ferran protagonizó un gran disparo que impactó en el larguero, un gesto de aliento para un equipo que defendía el título sin galones de campeón. El Madrid retrasó líneas, cerró los espacios interiores y se encomendó al galope del contragolpe. Consiguió además la tropa de Ancelotti adormecer el encuentro con la colaboración de un Barça que comenzó a acumular posesión pero de manera intrascendente. Cualquier sensación ofensiva catalana era conducida por Ferran.

De pronto, un balón rechazado y caído del cielo con nieve, lo empalmó Lewandowski con una precisa volea que dejó la estirada de Lunin en anécdota. El Barça se metía en el partido sin apenas gozar de una sola ocasión clara de gol. Un remate perfecto fue suficiente para revivir. Cambio de guion en Arabia. Tras estar más cerca de encajar el tercero que de recortar diferencias, el equipo catalán cobraba vida recién superada la media hora. Aunque sería un espejismo.

El desastre perseguía al Barça. Araujo cometió un penalti inapelable sobre Vinicius cuando el brasileño se disponía a rematar de cabeza para fusilar al portero rival, agarrado por el cuello en boca de gol. Minuto 39, hat trick de Vinicius. Poco necesitaba el Madrid para golear. Es letal ante las oportunidades. La grada, con predominante color blanco, estallaba.

El Barça siguió arriesgando, con defensa de uno contra uno y la línea de la zaga adelantada. Cualquier pase preciso, como en los dos primeros tantos, podía matar el partido para el Madrid, mientras que los de Xavi no transmitían temor. Los culés se encomendaban a la épica sin cambios en la alineación de cara a la segunda mitad.

La reanudación no trajo novedades. El Madrid aguardaba agazapado. Prestó a soltar a los galgos a la contra. El Barça se cobijaba en la paciencia para construir jugadas, pero sin generar amenazar. Llegaba con facilidad el Madrid a zona de peligro y el Barça no encontraba fisuras en las líneas rivales. Mientras, la fatiga iba haciéndose presente. Vinicius permanecía juguetón como hombre del partido, hasta el punto de que Ancelotti le recriminó una acción que podía ser interpretada como una falta de respeto al Barça.

Vinicius, protagonista en todo

Xavi agitó el banquillo en busca de soluciones. Acto seguido, Rodrygo instalaba el cuarto en el marcador. Un severo castigo. El brasileño aprovechó un rechace en una jugada armada por Vinicius para hurgar en la herida. Vini seguía alumbrando una de sus mejores actuaciones con la camiseta blanca. Entonces sí, con media hora por delante y una holgada ventaja, dio comienzo la fiesta del Madrid, que siguió lamiendo la sangre, empeñado en aumentar la diferencia mientras sonaban los olés. De hecho, fue el Madrid quien dispuso de más ocasiones para alterar el resultado. El Barça se mostraba cadavérico. No parecía existir revulsivo. Xavi fue incapaz de modificar la dinámica. El técnico catalán, además, sostuvo la propuesta de la línea defensiva adelantada que siguió concediendo ocasiones al conjunto blanco. El Madrid, sin almacenar enormes cantidades de oportunidades, transmitió la capacidad de poder percutir en cualquier momento ante un Barça estático en ataque, sin mordiente, sin capacidad de sorprender y además débil como la espuma en las labores defensivas. 

La desesperación, la frustración culé, invitó a un riguroso colegiado a mostrar la segunda cartulina a Araujo tras una patada a Vinicius, quién si no. El Barça se quedaba con diez jugadores y mirando la hora para coger el vuelo de regreso a casa, donde habrá mucho que meditar, porque el resultado era fiel reflejo de la superioridad blanca, pese a que Ancelotti, ejemplo en la derrota y en la victoria –afeó a los suyos algún que otro taconazo–, tildó de excesiva la diferencia en el marcador. El colegiado se mostró piadoso sin prolongar la agonía más allá del minuto 90. El Madrid disfrutó de la final, donde se vio espoleado por un fulgurante arranque del Clásico. Cogió fuerzas para una segunda mitad de campaña en la que se erige como gran candidato a conquistar todo lo que disputa.

FICHA TÉNICA

REAL MADRID: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Tchouaméni, Kroos (Min. 82, Modric), Valverde (Joselu, min. 86), Bellingham (Min. 86, Ceballos); Rodrygo (Min. 77, Brahim) y Vinicius (Min. 82, Camavinga).

BARCELONA: Iñaki Peña; Araujo, Koundé, Christensen, Balde; Gündogan, De Jong, Sergi Roberto (Min. 61, Fermín López), Pedri (Min. 61, Lamine Yamal); Ferran Torres (Min. 61, Joao Félix) y Lewandowski.

Goles: 1-0: Min. 7; Vinicius. 2-0: Min. 10; Vinicius. 2-1: Min. 33; Lewandowski. 3-1: Min. 39; Vinicius. 4-1: Min. 64; Rodrygo.

Árbitro: Munuera Montero (C. Valenciano). Expulsó a Araujo con doble amarilla (Min. 71). Amonestó con tarjeta amarilla a Bellingham y Antonio Rüdiger en el Real Madrid y Sergi Roberto en el Barcelona.

Incidencias: final de la Supercopa de España disputada en el Al-Awwal Park (Arabia Saudí)