ELCHE: San Román; Josan, Mario Gaspar, Bigas, Clerc; Nico Fernández (Min. 85, Boayar), Castro (Min. 65, Fidel), Febas (Min. 85, Salvador), Morente; Óscar Plano (Min. 85, Sergio León) y Mourad (Min. 61, Borja Garcés).

AMOREBIETA: Campos; Mier (Min. 87, Eraso), Hernando, Gayá, Garreta, Lasure; Morán (Min. 83, Edwards), Carbonell; Dorrio (Min. 87, Rayco), Avilés (Min. 77, Jauregi) y Morcillo (Min. 83, Quintero).

Goles: 1-0: Min. 84; Mario Gaspar. 2-0: Min. 92; Morente.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castilla-La Mancha). Amonestó a Nico Fernández y Fidel, por el Elche; y a Hernando y Gayá, por el Amorebieta.

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo séptima de LaLiga Hypermotion disputado en el estadio Martínez Valero ante 14.042 espectadores.

Es una máxima muy vieja en el fútbol. El que perdona lo paga. O se puede decir de otra manera, jugar bien no asegura ganar. Incluso, se resume en algo más sencillo, sin gol no hay posibilidades de vencer. Sea como fuere, el Amorebieta se marchó del Martínez Valero con cierta rabia, porque así se entiende el hecho de gozar de más ocasiones de gol que su rival, jugar, además, mejor durante varias fases del partido y marcharte a casa con cara de derrotado. El Elche, en cambio, no hizo nada del otro del mundo, pero sí lo suficiente como para llevarse el gato al agua gracias a su inspiración en el tramo final del duelo, en el que ejecutó sus dos goles, que llevaron al firma de Mario Gaspar en un remate de cabeza ante el que quizá pudo hacer más Pablo Campos y de Morente ya en el tiempo añadido. Demasiado castigo para el conjunto azul, que vuelve a la senda de la derrota después de sumar cuatro puntos en las dos jornadas anteriores y que continúa inmerso en puestos de descenso, de los que cuesta horrores salir.

Haritz Mujika tiró del mismo plan que tan bien le salió en la jornada anterior, donde su equipo regresó a la victoria dos meses después tras batir al Tenerife. Vamos, que lo que funciona no se toca. Ya fue así cuando los zornotzarras sumaron dos triunfos en el tramo inicial de liga. El pasaitarra mantuvo el sistema 5-2-3 pese a que tuvo que introducir tres novedades en el once, dos obligadas por las bajas por sanción de Álvaro Núñez y Kwasi Sibo, por lo que Jorge Mier volvía a ser titular diez jornadas después de que se lesionara en el estadio La Cerámica y Erik Morán gozaba otra vez de sitio en la medular. La presencia bajo palos de Pablo Campos era la esperada pese a la soberbia actuación que firmó Jonmi Magunagoitia ante el cuadro canario, cuestión de roles. El técnico azul, eso sí, insiste en su fórmula de competir con tres extremos arriba y sin ningún delantero específico, un matiz poco habitual en una categoría tan exigente y donde el gol cotiza como el aceite de oliva en estos tiempos. No en vano, el Amorebieta sometió al Tenerife al hacer pleno en sus dos oportunidades más claras y en esta ocasión ofreció la cruz, falló todo lo que tuvo, con un remate al palo incluido.

El Amorebieta salió con la idea de no poner la alfombra roja al conjunto ilicitano, un recién descendido y señalado como aspirante a ocupar puestos altos. Para ello, hay que tirar de valentía y los azules fueron osados en su propuesta, especialmente en unos notables veinte minutos, en los que mandaron gracias a su presión, a su acertada lectura táctica y a las transiciones de Dorrio, Avilés y Morcillo, un tridente que asumió su alta cuota de protagonismo. Faltó la pegada, es decir el asunto gordo del fútbol. Morcillo la tuvo en dos ocasiones, sobre todo a los once minutos, cuando no controló bien un gran servicio de Avilés en una contra de manual y el jugador cedido por el Athletic la mandó a las nubes. Se trató de la opción más clara de un Amorebieta descarado y liberado en el verde, hasta que dio un pelín de aire a su rival. El Elche, entonces, asumió el dominio territorial, pero se quedó en un pose, porque careció de profundidad y argumentos para inquietar la meta de Campos, salvo que llegara una acción puntual, que se produjo antes de la media hora, en un centro desde banda de Josan que cazó Mourad, pero el marroquí tampoco encontró portería.

El encuentro ganó en intensidad a vuelta de vestuarios. El Elche quiso sacar galones en el arranque, pero Campos le frustró con un paradón marca de la casa en un cabezazo a bocajarro por parte de nuevo de Mourad. El meta alicantino suele ofrecer todo un alarde de reflejos, pero tampoco es infalible, como ocurrió en el primer tanto ilicitano, que no midió bien los tiempos para poder atajar el testarazo de Mario Gaspar. El colectivo de Mujika respondió poco después, cuando Avilés desaprovechó un regalo de Bigas. El jugador cedido del Leganés tomó la peor decisión. Podría haber controlado o incluso cederla a Dorrio, mejor situado, pero decidió golpear a la primera y de manera defectuosa. Un mal presagio que se acentúo de seguido en otra acción de Dorrio que San Román, el mejor de su equipo, abortó por partida doble ante el capitán azul, primero, y ante un Morcillo que a los escasos minutos desperdició una asistencia de Dorrio. Ver para creer. El Amorebieta había perdonado demasiado y llegó lo que se intuía. El Elche sacó petróleo de una acción a balón parado para hacer el 1-0, San Román detuvo el disparo de Quintero y ya en el alargue Morente puso la sentencia. De Perogrullo.