Los lamentables incidentes que se produjeron en la mañana del domingo en el partido que disputaban el Portugalete C y la Peña Athletic, dentro de la novena jornada del grupo I de Segunda Territorial juvenil, y que provocaron la suspensión del encuentro por parte del colegiado Higuero Sanz han generado una extrema preocupación entre todos los colectivos implicados en el fútbol base, al que no le ayuda sucesos como los ocurridos tanto en el interior del campo de Los Llanos como en el exterior del mismo, donde se extendieron los conatos de enfrentamientos y que requirió de la intervención de la Policía Municipal de la villa jarrillera.

El encuentro, que en ese momento dominaba la Peña Athletic por 0-2, fue suspendido en el minuto 44 cuando, según el acta arbitral, “un sector de la grada a la vez que estaban increpando a los jugadores se han empezado a golpear entre ellos”, poco después de que viera la cartulina roja directa el jugador visitante A.G.A por encararse con una parte del público, aunque el colegiado introdujo un nuevo anexo al respecto (“motivado por el fallo al redactar el acta fruto del nerviosismo a la hora de realizar el mismo”) en el que suaviza el motivo de la expulsión del mencionado futbolista y al que ha tenido acceso este periódico: “No he observado en ningún momento que el jugador se llevara las manos hacia los testículos, solamente se ha encarado con el público”.

Además, en un comunicado emitido por la tarde-noche, ha anunciado su decisión de jugar a puerta cerrada los partidos como local del equipo, a expensas del visto bueno de la Federación Vizcaina de Fútbol.

Al margen de estos matices, los dos clubes, Portugalete y Peña Athletic, han ofrecido sus respectivas condenas a dichos incidentes a través de sendos comunicados, una vez que, preguntados al respecto, se remiten a los mismos a la espera de tener más datos y conocer posibles resoluciones federativas. La entidad jarrillera, que ejerció de local, lo hizo en la tarde del domingo y en el que se “pone a disposición de las autoridades para aclarar lo sucedido”, además de manifestar que “no caben este tipo de comportamientos y trabajaremos para que no vuelvan a ocurrir”. Ayer le tocó el turno al conjunto santurtziarra, que también se expresó a través de las redes sociales en un escrito en el que reitera su “más profundo rechazo a cualquier tipo de violencia” y añadió que no se puede permitir este tipo de incidentes. 

De hecho, el Comité de Competición de la Federación Vizcaina de Fútbol ha abierto el correspondiente proceso y el propio Portugalete tiene previsto presentar pruebas audiovisuales de lo que sucedió en el verde y en las gradas. El órgano disciplinario asume que el asunto tiene su miga, por lo que quizá amplíe el plazo para resolver y recabar más documentación al respecto. Aún así, el partido, si se tiene en cuenta los antecedentes, debería reanudarse a puerta cerrada con el 0-2 en el marcador y con un jugador menos en la Peña Athletic, donde se da la circunstancia de que su entrenador, Lander Vaquero, estaba en las gradas de Los Llanos al cumplir el segundo de los dos partidos a los que fue sancionado por su expulsión en el duelo ante el Aranguren. El conjunto jarrillero, dirigido por Tomás Serrano, podría plantearse no jugar esos 45 minutos restantes.

Preocupación federativa

El que sí se mojó fue Iñaki Gómez Mardones, presidente de la Federación Vizcaina de Fútbol, que se muestra “preocupado por este tipo de actuaciones, que ya son reincidentes en categoría juvenil y no se pueden permitir estos comportamientos”. “No sé qué está pasando en juveniles, sobre todo después de la pandemia. Es cierto que los incidentes se suelen producir en las gradas, entre el público, y no tanto en el campo. Hay que erradicar los comportamientos en las gradas de los que son en su mayoría amigos de jugadores”, añadió Gómez Mardones, que recordó que el Uritarra, debido a situaciones incívicas, “decidió por motu proprio cerrar su campo durante dos semanas y jugar a puerta cerrada para evitar que se repitieran incidentes”.

El presidente de la Vizcaina no quiere tirar de mensajes alarmistas, porque “son 1.100 los partidos que se juegan cada fin de semana entre todas las categorías, incluido el fútbol sala, y son 4.500 las fichas de juveniles”. Gómez Mardones apuntó que desde “la misma Federación, Colegio de Árbitros, los clubes… se debe tomar medidas, concienciar a los entrenadores que sean educadores y que los clubes actúen ajustados a derecho”, al mismo tiempo que, respecto a los casos reiterados con la Peña Athletic, “hay clubes que empiezan a manifestar la circunstancia de no jugar contra ellos”. “Si se entiende ajustado a derecho, la expulsión de un equipo se puede dar, o los clubes pueden retirar a ese equipo porque no lo pueden controlar. No me refiero a la Peña, sino a cualquier club que tenga un equipo ingobernable”, sentenció.