Imanol de la Sota (Santurtzi, 2-IV-1975) es una persona sencilla, de la Margen Izquierda, como recalca el entrenador del Barakaldo en la entrevista. El domingo asume que el derbi de Lasesarre ante el Portugalete es un partido grande, donde hay mucho en juego, sobre todo porque quiere blindar el liderato de su equipo en el grupo IV de Tercera RFEF. De la Sota prioriza centrarse en ese encuentro ante los jarrilleros y le incomoda hablar de su salida del Bilbao Athletic el pasado diciembre, donde fue sustituido por Patxi Salinas, el míster del Portu y con el que se reencontrará el domingo.

La trayectoria de este Barakaldo no puede ser más espectacular, líder destacado con 19 de 21 puntos posibles. ¿Cuál es la fórmula mágica si es que la hay?

—El trabajo y mucha ilusión. Son dos conceptos que no son negociables. Damos la sensación de tener una mentalidad grande, pero también hemos sufrido en algunos partidos.

¿A qué juega este Barakaldo?

—A llevar el peso del partido, a intentar amoldarse a esta categoría, a diferentes situaciones que se den en función del rival y en qué campo juegues. Es fundamental tener una plantilla en la que todo el mundo es importante y acertar en las decisiones que se tomen.

Se lo pregunto también porque Jon Tena, su portero, solo ha encajado un tanto en estas siete jornadas recorridas. ¿El mejor ataque es una buena defensa?

—Nosotros jugamos bastante alejados de la portería. Es un trabajo de todo el mundo. Él mismo lo ha dicho en varias ocasiones, somos un equipo en el que todo el mundo tiene un compromiso y defiende desde el primero y hasta el último. Eso hace que las situaciones que llegan a nuestra área faciliten su trabajo.

¿A estas alturas de la liga, el Barakaldo es el máximo favorito al ascenso directo?

—No me molesta ese cartel, pero hay gente que se quita la presión diciendo que el Barakaldo es el gran favorito. Nuestro objetivo es el ascenso, pero todavía queda mucho. Nuestro arranque ha sido mejor que el de otros equipos, pero no quiere decir que seamos el gran favorito.

Un Barakaldo que se convierte en sociedad anónima. ¿La exigencia será mayor por parte de los nuevos propietarios, que son los que ponen la pasta?

—Creo que el Barakaldo, ya por historia, tiene su exigencia. Soy de la Margen Izquierda y es uno de los equipos a los que cuando eres entrenador te gustaría entrenar. La presión la tienes por su historia, por su masa social, por ser un pueblo de 100.000 habitantes, por haber jugado muchísimos años en Segunda B, otros en Segunda, y porque es un pueblo que ha visto buenos futbolistas, buenos equipos y, aunque ha bajado por circunstancias unos peldaños, por historia se merece más.

Al margen del Athletic, ¿el Barakaldo es el club cuyo nombre más pesa en Bizkaia?

—Por masa social e historia, diría que sí. Pero también hay equipos muy históricos como el Sestao River, el Arenas o el Erandio en su época, cuando yo era chaval.

El domingo reciben al Portu, que encadena cuatro victorias consecutivas. ¿Qué partido espera? ¿Dónde va a estar la clave?

—Es un derbi en el que hay mucha rivalidad, donde esperamos mucha gente en el campo y en el que va a ser importante manejar las emociones. Tenemos que estar tranquilos y hacer lo que estamos haciendo desde que comenzó la liga. ¿La clave? En el acierto y en la personalidad que muestre cada uno.

¿Qué es lo que le preocupa del Portugalete?

—Que sus virtudes no salgan mucho a relucir y que sus defectos, como tenemos todos los equipos, se hagan más grandes.

¿Y no le quita el sueño ningún jugador del Portu?

—Tiene grandes jugadores y en cualquier momento te pueden hace daño.

Y se reencontrará con Patxi Salinas, su sucesor en el banquillo del Bilbao Athletic el diciembre pasado. ¿Cómo rememora aquel momento?

—Fue un momento duro, porque el equipo no iba bien, no salían las cosas. no conseguíamos resultados y, sin más… Lo dejé y me tuve que dedicar a mi trabajo.

Con el paso del tiempo y ya con la cabeza fría, ¿cree que el Athletic no tuvo paciencia con usted, cuando se trata de un filial, donde manda más la formación que los resultados?

—Lo importante es el Baraka, el derbi ante el Portu. Sé lo que viví, en su momento no hablé de lo que yo creía que podría haberse hecho… Igual más adelante sí hablaría, pero a día de hoy solo me centro en el Barakaldo.

O sea, que no le quiere dar más vueltas al asunto.

—Vueltas, no. Estoy centrado en un partido que es muy importante para el club y lo que quiero es llegar al máximo nivel posible para el partido del domingo.

Pero coincidiría con Patxi Salinas en el trabajo en Lezama.

—No trabajamos juntos en el día a día, ni en el mismo equipo técnico.

¿Y cómo era su relación?

—La teníamos más cuando yo estaba en el juvenil y en el Basconia, y los meses que estuve en el Bilbao Athletic fue menor que la que teníamos anteriormente.

¿Cómo entrenador es un reto mayúsculo dirigir al Barakaldo?

—Claro que es un reto bonito. Es un proyecto en el que hay mucha ilusión, mucho trabajo para que esto vaya adelante. Es un club donde hay un crecimiento y un reto muy exigente, aunque ahora todo vaya bien, pero ya sabemos cómo es el mundo del fútbol.

Hay quien ve morbo en el banquillo para el derbi del domingo y un duelo de entrenadores.

—Es un duelo Barakaldo-Portugalete y con eso en Margen Izquierda se conoce la importancia que ofrece. Mi persona en esto es algo secundario, mi trabajo es entre semana y ayudar a los jugadores y al club que representas.

Pero el entrenador es una pieza determinante, tanto que cuando los resultados son negativos al primero que echan es a él.

—Es más fácil cambiar con un cuadro técnico porque en plena temporada no puedes quitar a quince jugadores y fichar a otros quince. Se trata de cambiar una dinámica.