Madrid - Álvaro Morata, surgido en la cantera del Real Madrid, no encontró sitio en la titularidad y su carrera estaba destinada a cambiar de aires desde hace mucho tiempo y ayer se confirmó a lo grande, fichado por el Chelsea, que pagó 80 millones por el traspaso, la cantidad más elevada que jamás haya pagado un club por un futbolista español..

El fichaje aclara todavía más si cabe la salida del club londinense del delantero Diego Costa, de regreso al Atlético de Madrid. Antonio Conte, el entrenador del Chelsea, que renovó por dos temporadas, está enfrentado con el hispanobrasileño y no quiere que siga en la plantilla del equipo inglés. Conte, además, ya tuvo al madrileño cuando dirigía a la Juventus, y también fue un fichaje por petición expresa.

Aunque inició su carrera en el infantil del Atlético de Madrid y en el cadete del Getafe, en la temporada 2008-09 Morata dio el salto a la cantera madridista.

“El Real Madrid y el Chelsea han acordado el traspaso del jugador Álvaro Morata, pendiente del reconocimiento médico pertinente”, informó el club blanco. “El club quiere mostrar su agradecimiento por estos años de dedicación y profesionalidad y por su comportamiento ejemplar”, agrega el protocolario comunicado.

Álvaro Morata se ausentó del entrenamiento que el Real Madrid llevó a cabo en las instalaciones de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y se quedó en el gimnasio, según precisó el departamento de prensa del club blanco. En cambio, el brasileño Danilo, pretendido por el Manchester City, sí entrenó sobre el césped del North Athletic Field, de UCLA junto a sus compañeros.

Un sueño imposible Desde los 15 años Morata luchó por llegar al primer equipo del Real Madrid y, lo que es más difícil, intentó asentarse en el equipo. Algo muy difícil para cualquier jugador de cantera y más en un puesto como el suyo, el de delantero, en el que clubes devoradores de títulos como el blanco casi siempre tienen a figuras internacionales que suelen cerrar el paso a los que llegan desde abajo.

Morata llegó, pero en verdad nunca se quedó. Siempre fue un recambio. Un buen 9 para las segundas partes y un jugador que cuando conseguía entrar en el once titular no terminaba de derribar el muro y fue carne de cañón para las cesiones. Y, eso, terminó de cansarle.

El nuevo fichaje del Chelsea regresó al Real Madrid el verano pasado después de firmar dos buenas temporadas en la Juventus a las órdenes de Antonio Conte. Consiguió buenos números. Pero con Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale como tridente atacante casi siempre por decreto ley, salvo lesión o sanción de alguno de ellos sus opciones de jugar quedaron minimizadas.

En su anterior etapa en el Real Madrid, apenas fue titular en trece partidos a lo largo de dos campañas. Por eso se marchó a la Juventus, para hacerse jugador de verdad con minutos en una gran Liga.

Zidane dio minutos a Morata en una cantidad considerable de encuentros. En total, participó en 43 y marcó veinte goles. Fue el segundo máximo anotador de la plantilla solo por detrás de Cristiano Ronaldo. Pero sufrió otro dato desalentador: apenas fue titular en 19 ocasiones. Esa losa llamada banquillo volvió a pesar sobre Morata una vez más. Con el Mundial de Rusia a la vuelta de la esquina, no quería arriesgarse a quedarse fuera de la lista.