Victoria en familia
Euskal Selekzioa, superior a Túnez, se impone con claridad en un desangelado partido que pone de manifiesto la competitivad de la tricolor, que aspira a mayores cotas en el futuro
EUSKAL SELEKZIOA: Iraizoz, Capa, Mikel González, Iñigo Martínez, Balenziaga, San José, Illarramendi, Xabi Prieto, Oyarzabal, Muniain y Aduriz. En la segunda mitad jugaron: Olazabal, Zaldua, Bóveda, Etxeita, Yuri, Iturraspe, Dani García, Susaeta, Manu García, Toquero y Sabin Merino.
TÚNEZ: Ben Cherifia, Ben Youssef, Dhaouadi (Min. 46, Kchouk), Meriah, Naguez, Abdelrazzek (Min. 75, Hadadi), Sassi, Lahmar, Bguir (Min.59, Sliti), Khalifa (Min. 73, Azouni) y Khenissi (Min. 46, Msakni).
Goles: 1-0: Min. 6; Illarramendi. 1-1: Min. 16; Sassi. 2-1: Min. 19; Aduriz. 3-1: Min. 44; Oyarzabal.
Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea (Colegio Vizcaino). No mostró ninguna cartulina.
Incidencias: Partido internacional de carácter amistoso disputado en San Mamés ante unos 15.000 espectadores.
Bilbao - Euskal Selekzioa, en su tradicional cita navideña, venció sin demasiados apuros a Túnez en un encuentro marcado por la pobre entrada que registró San Mamés, así como por la superioridad de la tricolor, que se impuso por 3-1 al combinado norteafricano gracias a los goles de Illarramendi, Aduriz y Oyarzabal. Los tres tantos llegaron en los primeros 45 minutos de un partido que quedó visto para sentencia antes del paso por los vestuarios. Para entonces, la selección había impuesto su ley para alegría de una afición que no dejó de alentar a los jugadores pese a la desangelada imagen que presentó La Catedral, donde los futbolistas volvieron a hacer gala de su compromiso a la espera de nuevos pasos en pos de la ansiada oficialidad.
Anoche, de salida, el tándem formado por José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri apostó por un bloque repleto de experiencia, con Iraizoz, Xabi Prieto y Aduriz como indiscutibles líderes de un combinado en el que el eibartarra Oyarzabal, que debutó con la tricolor posando en el once inicial, se estrenó como goleador. Lo hizo, para satisfacción propia y colectiva, en el minuto 44 de una primera mitad marcada por el abrumador dominio posicional de la selección nacional, que vio portería hasta en tres ocasiones gracias a la movilidad de su cuarteto ofensivo. Los realistas Xabi Prieto y Oyarzabal, así como los rojiblancos Muniain y Aduriz, en perfecta conexión, provocaron el caos en la defensa de cinco hombres diseñada por el seleccionador polaco Henryk Kasperzcak.
La superioridad de Euskal Selekzioa, notoria desde los primeros compases del choque, quedó reflejada en el marcador en el minuto 6. Fue entonces cuando un centro del capitán Xabi Prieto desde la banda derecha fue rechazado por la zaga tunecina, siendo Illarramendi el destinatario del balón. El centrocampista, sin pensárselo dos veces, disparó a portería y batió a Ben Chirifia con la ayuda de Meriah, en cuyo cuerpo golpeó el esférico para cambiar la trayectoria del cuero y hacer inútil la estirada del guardameta. Túnez, golpeada, optó entonces por buscar la portería de Iraizoz con mayor entusiasmo. Y lo logró. Un minuto después del 1-0, el portero iruindarra consiguió dejar sin efecto un envenenado pase de la muerte de Bguir y volvió a salvar el empate al meter poco después una mano salvadora que envió a córner un cabezazo de Naguez.
Fueron los peores momentos de los pupilos de Amorrortu y Etxarri y, en el minuto 16, el conjunto norteafricano logró el empate. El gol nació en un inoportuno resbalón de Illarramendi, que permitió que los tunecinos combinaran con celeridad cerca de las inmediaciones de Iraizoz para disponer de hasta tres remates dentro del área. El primero lo desvió un acertado Iraizoz, mientras que el segundo se topó con el poste. El tercero, obra de Sassi, acabó en gol. Quedó silenciado San Mamés, pero no por mucho tiempo.
Solo transcurrieron tres minutos hasta que Aduriz, que previamente había dejado solo a Muniain delante del portero en una vertiginosa jugada que se resolvió con un disparo del navarro al larguero, halló el camino hacia el gol. Fue, cómo no, mediante un portentoso cabezazo tras una falta botada por Illarramendi. El testarazo del ariete donostiarra limpió las telarañas de la meta defendida por Ben Chirifia, que nada pudo hacer tampoco para evitar que Oyarzabal cantara bingo en el cierre del primer acto con otro inapelable testarazo a centro de Xabi Prieto. Se hizo la ola en San Mamés, que subió las revoluciones a la espera de lo que aconteciera en la segunda mitad, en la que no se movió el marcador.
Toquero, el atractivo Euskal Selekzioa, con una alineación totalmente renovada, saltó al campo con Toquero como principal agitador. El gasteiztarra, ovacionado cuando su nombre sonó por megafonía, así como en el momento en el que entró en contacto con el balón por primera vez, se convirtió en el gran atractivo para una afición que no dejó de lado su pasado como jugador del Athletic. El ahora futbolista del Alavés volvió a hacer gala de su tesón y vio portería. Su diana, sin embargo, quedó invalidada por fuera de juego, lo que provocó la gran pitada de la noche.
Más allá del tanto anulado y de las ocasiones de gol de las que dispusieron Sabin Merino y Etxeita para ampliar la ventaja en el luminoso, poco más dio de sí el choque en su tramo final, en el que Túnez, no obstante, tuvo la opción de recortar distancias por medio de Msakni. El tunecino, autor de un hat-trick el miércoles ante Catalunya vio cómo su remate, con Oier Olazabal batido, lo sacaba sobre la línea de gol Yuri Berchiche, que firmó la última gran acción de un partido en el que Euskal Selekzioa logró una victoria sin paliativos. El triunfo, materializado antes del descanso, dejó patente una vez más la capacidad competitiva que presenta una selección que no ceja en el empeño de gozar de un mayor recorrido internacional en un futuro cercano.
El próximo objetivo, sin ir más lejos, radica en obtener el permiso para saltar a escena en fechas FIFA, posibilidad que podría ver la luz el próximo mes de marzo. Los jugadores, comprometidos, ven con buenos ojos tamaña opción, aunque el desangelador aspecto que lucieron anoche las gradas de San Mamés hizo torcer el gesto a más de uno. La tricolor, no en vano, debe hacerse fuerte dentro y fuera del verde en busca de cotas mayores. En el encuentro de ayer, Túnez no fue rival para Euskal Selekzioa, que aspira a más.