REPÚBLICA CHECA: Cech, Kadebarek, Sivok, Hubnik, Pudil, Plasil (Min. 90, Kolar), Darida, Pavelka, Dockal (Min. 71, Sural) Necid y Krejci.

TURQUÍA: Babacan, Gonul, Topal (Min. 56, Skoda), Balta, Koybasi, Emre Mor (Min. 69, Sahan), Tufan, Inan, Volkan Sen (Min. 61, Özyakup), Yilmaz (Min. 90, Tosun) y Arda Turan.

Goles: 0-1: Min. 10; Burak Yilmaz. 0-2: Min. 65; Tufan.

Árbitro: William Collum (Escocia). Mostró cartulina amarilla a Koybasy (Min. 34) y a Balta (Min. 50) por parte de Turquía, y a Plasil (Min. 35), Pavelka (Min. 38) y Sural (Min. 87) por parte de la República Checa.

Incidencias: 41.000 espectadores en el estadio Bollaert-Dellelis.

Lens - Turquía ganó 0-2 a la República Checa y mantiene intacto su sueño de acabar entre los mejores cuatro terceros de la fase de grupos de la Eurocopa, que termina hoy con los últimos partidos que decidirán el destino del cuadro otomano. Turquía, herida de muerte tras un inicio desalentador, volvió a nacer con un cambio en la actitud de sus jugadores. Tal vez, la convicción de su entrenador, Fatih Terim, logró que sus futbolistas resurgieran en el último momento. Su rueda de prensa en la víspera, reconociendo su tristeza por la actuación de sus hombres ante España y Croacia, alentó a sus futbolistas a dar por fin un paso adelante.

El empate echaba de la competición a los dos equipos. La victoria de la República Checa daba la clasificación a los centroeuropeos, mientras que tres puntos para los otomanos podían no ser suficientes porque necesitaban golear para ser uno de los cuatro mejores terceros. Fatih necesitaba un revulsivo para ganar y lo encontró en la figura de un chaval de 18 años, Emre Mor, que sentó en el banquillo a una de las dos estrellas de Turquía, Hakan Çalhanoglu, uno de los más señalados junto a Arda Turan por las dos derrotas.

Emre Mor dinamitó a su equipo. Con un descaro impropio de su edad, el jugador recientemente fichado por el Borussia Dortmund aportó verticalidad, ideas, desborde y electricidad lanzado en ocasiones por Arda, que, aunque aún no está en su mejor momento, se sacó de la chistera alguna de sus genialidades. En una de ellas dejó un buen pase en profundidad a Emre Mor, que desbordó por la derecha a Daniel Pudil para dejar un buen centro a Burak Yilmaz. El delantero otomano no perdonó y abrió el marcador con un remate certero desde dentro del área. Era el minuto 10 y se abría una pequeña puerta para el milagro.

Con esas ganas de seguir en la competición, los turcos siguieron a lo suyo, con jugadas esporádicas de peligro y con un juego muy físico. Y, de nuevo, con Emre Can como el máximo incordio para los hombres de Pavel Vrba. El joven turco anticipó el segundo de su equipo con una oportunidad que mandó al limbo después de un control estratosférico y una cabalgada de 20 metros que nadie pudo frenar. Fue el aviso al momento de éxtasis que protagonizó Terim, que aparcó su tristeza para correr como un loco por la banda con el gol de Ozan Tufan a 25 minutos del final.