bilbao - Hace dos años, en Afganistán se montó la primera liga de fútbol femenino ante el aumento de equipos de jovencitas a quienes les gustaba practicar el deporte más universal. La competición duró un mes y sólo participaron equipos de Kabul, dieciséis en total.

La mayoría de jugadoras son jóvenes que pertenecen a familias de clase media o alta de mentalidad abierta, dentro de lo que cabe en un país que aún mantiene comportamiento medievales, donde la mujer apenas tiene derechos y está sometida al hombre.

Ayer, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Federación de Fútbol de Afganistán presentó la nueva camiseta de la selección nacional que incluye integrado un hijab.

Esta innovadora equipación femenina incluye integrado un hijab que permitirá a las mujeres a practicar el deporte en su país, además de ayudarles a competir con igualdad a nivel internacional, según informó en un comunicado la marca de ropa deportiva Hummel.

El hijab forma parte de la camiseta base y es la primera vez que está incluido como una característica estándar en una camiseta internacional. “Para un país como Afganistán, lucir la camiseta de la selección, es como un poder, una forma de fomentar la confianza en la mujer. Eso te hace sentir poderosa”, aseguró la excapitana del equipo nacional femenino, Khadila Popal.

Popal jugó más de 20 partidos con su país antes de que una lesión en la rodilla le obligó a retirarse: “Fue un gran honor ser capitana del equipo de mi país, pero fue un honor aún mayor ser vista como un modelo a seguir y una inspiración para miles de niñas y mujeres jóvenes en Afganistán”, expresó.

Sin embargo, las mujeres para poder jugar al fútbol sin provocar un escándalo todavía llevan las piernas tapadas con gruesas medias negras y usan camisetas de manga larga y entrenan en campos protegidos a las miradas indiscretas y expuestas a cualquier barbaridad de los talibanes. - DEIA/Efe