EL colegiado andaluz José Luis Munuera Montero fue el árbitro designado para dirigir el Lugo-Girona (1-2), de la vigésimo segunda jornada de la Liga Adelante. En el acta correspondiente, en el apartado destinado a reflejar las incidencias de público, Munuera Montero anotó una simple palabra: “Normal”. Tres días después, el Lugo-Girona tuvo el dudoso honor de formar parte del primer informe sobre cánticos que incitan a la violencia elaborado por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), consecuencia del conjunto de medidas acordadas para erradicar la violencia de los estadios tras la reyerta mortal junto al Vicente Calderón y que entraron plenamente en vigor en los partidos disputados el pasado fin de semana.
Sin embargo, donde el colegiado andaluz observó normalidad el informador enviado por la LFP vio un foco infeccioso en un determinado sector del estadio Ángel Carro. Entre las frases entonadas por el grupo de revoltosos, el chivato de la Liga recogió “manos arriba, esto es un atraco”, una frase que al parecer incita a la violencia, o el término “payaso”, dirigida al jugador del Girona Francisco José Sandaza, que la anterior temporada formó parte de la plantilla lucense, cuando fue sustituido por un compañero.
La LFP asumió también que llamarle “payaso” a un futbolista forma parte de la terminología capaz de incitar a la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte y la envió, junto a los cánticos injuriosos detectados en otros cinco estadios del fútbol profesional, al comité de competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a la Comisión Antiviolencia, para que tomen las medidas oportunas. Que van desde fuertes multas a los aficionados protagonistas, si son identificados, hasta el cierre del sector desde donde se corearon los cánticos, aunque en Anoeta (Real Sociedad-Rayo Vallecano), quienes profirieron las frases intolerantes fueron seguidores del equipo visitante, en este caso los Bukaneros (“hay que matar al Ultra Sur”).
La Comisión Antiviolencia, dependiente del Consejo Superior de Deportes (CSD), decidió el pasado jueves aplazar hasta su reunión de esta próxima semana remitir a la RFEF este primer dossier, donde la palabra puta, por otra parte de uso social bastante común, es la que más aparece, para que sus comités propongan las sanciones oportunas.
Antiviolencia, además, dispuso la creación de un catálogo de símbolos y lemas identificativos con mensajes o comportamientos violentos, xenófobos, racistas o que inciten a los mismos y, a través de la LFP, pedirá la colaboración de los clubes para identificarlos, además de evitar que las aficiones visitantes puedan utilizar simbología prohibida.
Mientras tanto, la RFEF envió el pasado miércoles una circular a los clubes pidiendo el máximo apoyo a los “delegados informadores” hasta que se cree un cuerpo de oficiales especializados en la materia, según decidió la Comisión de Seguimiento, Respeto y Tolerancia que preside Vicente Temprado, responsable también de la territorial madrileña.
De momento, y según los primeros informes, la comisión no está dispuesta a pasar ni una, hasta el extremo de dar trascendencia vejatoria a un término inocuo como payaso.