ATHLETIC 1-2 BARCELONA

ATHLETIC: Ainhoa, Iraia (Min. 96, Arranz), Paredes, Landa, Ibarra, Flaviano, Gimbert, Manuela (Min. 54, Eunate), Erika, Alazne (Min. 87, Olabarrieta) y Murua (Min. 77, Izaskun).

BARCELONA: Rafols, Unzue, Torrejón Ruth, Melani (Min. 61, Lau), Romero, Miriam, Corredera (Min. 77, Kenti), Vicky, Alexi (Min. 61, Jelena) y Sonia (Min. 90, Andrea).

Goles: 1-0: Min. 8; Murua. 1-1: Min. 53; Vicky. 1-2: Min. 84; Vicky.

Árbitro: Elexpuru Sanz. No amonestó a ninguna jugadora.

Incidencias: 1.800 espectadores en la matinal de Lezama.

LEZAMA. Podría analizarse la agria y sangrante derrota rojiblanca de ayer como una consecuencia de medirse a un equipo grande. Muy grande. Tan grande como que con dos chispazos, dos auténticas genialidades de su capitana Vicky, en forma de zurdazos desde dentro del área, poniendo el balón lejos del alcance de Ainhoa, las culés fueron capaces de destruir todo el trabajo que el equipo de Juan Luis Fuentes había derrochado. El Athletic, con mimo y ganas en una primera parte primorosa, llena de intensidad y con un tanto de Irune Murua, aprovechando de cabeza tras una serie de rechaces, que vino a premiar una salida arrolladora ante la que el Barcelona apenas pudo marchar aletargado a los vestuarios, porque las de las Ciudad Condal no tiraron entre los tres palos en el primer acto.

También se podría buscar la excusa de la mala suerte. La eterna y tan manida mala suerte. Un equipo local que salió a por todas, que en ocho minutos había creado cinco ocasiones, entre ellas un gol. Que siguió controlando a un gran rival, que venía de proclamarse como el primer equipo de la Superliga en clasificarse para cuartos de final de la Champions femenina, hasta tenerlo casi noqueado. Pero solo casi. Hasta cederle el balón en desventaja en el marcador y no saber qué hacer con él. Incluso rematando al palo Flaviano, que pudo ampliar la renta. Y, sin embargo, tras el descanso, la primera vez que se acercaron las catalanas con intención de hacer daño consiguieron su premio. Puede ser mala suerte o algo injusto. Pero es que después, Murua también pudo hacer el segundo. Lo mismo que Irene Paredes, que con su remate de cabeza, con bote incluido, repelido por el larguero, pudo poner por delante de nuevo a las locales.

la historia se repite Sin embargo, ocurrió otra vez. Volvió a parecer la cruz en la moneda. La segunda vez que las visitantes se acercaron en busca de un botín mayor, lo volvieron a encontrar. La misma futbolista y de jugada calcada. Fue un mazazo. Con este triunfo, el Barcelona, aunque con un montón de jornadas por delante, ha dado un golpe encima de la mesa. Ha dicho aquí estamos nosotras. Y ganamos así y en Lezama. Ahora se han escapado a tres puntos de un Valencia que es segundo. En estos momentos parecen intratables y mejor no echar la vista atrás para rememorar el amargo final de Liga del año pasado.

Así que visto lo de ayer en Lezama, las rojiblancas hicieron todo por ganar y se quedaron con cara de tontas. Llámenlo injusticia, llámenlo mala suerte o analícenlo como que el Barcelona está muy por encima en el campeonato, pero el caso es que a las vizcainas no se les puede reprochar nada. Tan solo que hay que levantar los ánimos, una vez más, porque hay que rendir visita al Atlético dentro de quince días. Pero eso es otra historia.