Bilbao. Heredan el acuerdo para la construcción del nuevo San Mamés. ¿Mantendrán todo como estaba firmado?

El acuerdo se firmó en 2009 y las primeras aportaciones llegaron en 2010. Se contemplaba que era un proyecto a cuatro bandas en el que cada uno aportaba 50 millones de euros. Kutxabank y el Gobierno ponían en metálico; el Athletic, si no recuerdo mal, aportaba un porcentaje del campo valorado en 16 millones y 32 en metálico; la Diputación vizcaina ponía los 16 en los que se valoraba el terreno de la antigua Feria de Muestras y el resto en metálico, y el Ayuntamiento de Bilbao lo que hacía era no cobrar los impuestos, que creo que eran 12 millones y la suma total daba 212 millones de euros. La licitación ha salido más barata, pero las condiciones son las que son, los trabajos están próximos a su fin y nosotros asumimos los acuerdos que se tomaron en la anterior legislatura.

También la condición que impuso el Gobierno vasco para que una parte del campo fuese de uso público.

La aportación del Gobierno vasco conlleva una superficie de 2.600 metros cuadrados en los cuales hay ideada una pista de atletismo de 60 metros, ocho calles y gradas que habrá que vestir. El acuerdo se mantiene porque está firmado y no vamos a empezar a discutir ahora si en la actual coyuntura se habría llevado a cabo o no.

La Real quiere reformar Anoeta, eliminar la pista de atletismo y ampliar el aforo. Para esa obra han pedido, entre otras, la aportación del Gobierno vasco, pero Mutiloa dijo en su momento que se negaba.

Oficialmente, la Real Sociedad no se ha puesto en contacto con nosotros. Entiendo que aún estamos aterrizando y nos darán tiempo, pero cuando llegue el proyecto de Anoeta lo trataremos con cariño. Habrá que ver cómo somos capaces de articularlo. Lo que sé es que la Real tiene intención de que participen todos los estamentos -Diputación de Gipuzkoa, Gobierno vasco, Ayuntamiento de Donostia y Kutxa-, y que el proyecto ronda los 65 millones. Cuando lo considere, la Real nos llamará, nos sentaremos y lo estudiaremos, pero ya digo que la situación económica no ayuda y que las líneas rojas de este Gobierno son el empleo, el bienestar social, la sanidad y la educación. Cuando escampe, ya veremos, pero ahora hay que periodificar.

Por compararlo con algo, en Donostia dicen que si se ha apoyado la construcción del nuevo San Mamés, el Gobierno no puede cerrar la puerta a la Real.

¿Comparaciones con San Mamés? Uno siempre compara lo que quiere comparar. Hay que analizar las necesidades en su conjunto y en su momento. Lo único que generan las comparaciones es rivalidad y crispación. Algunos sacan beneficio de esas cosas, pero nosotros no vamos a entrar en esa dinámica.

Anoeta acogió el último partido de la selección de Euskadi que acabó con el bochorno de las bengalas y la carga policial.

Estuve allí como aficionado y así no se avanza, sino que retrocedemos años. ¿Así se busca la oficialidad o es una excusa para montar un follón? Al día siguiente, en vez de hablarse del espectáculo del partido se hablaba del lanzamiento de bengalas. Eso perjudica al objetivo de la oficialidad.

¿Se va a avanzar en busca de la oficialidad de las selecciones vascas?

Somos nacionalistas y está en nuestro ADN defenderlo. Pero creemos que los que estamos legitimados para reivindicarla somos nosotros y las federaciones. Todo lo demás que se crea alrededor no me gusta porque desvirtúa el objetivo y la meta que buscan es la opuesta.

¿Cómo piensan reivindicarla?

Nos pondremos en primera fila para liderar el proyecto de la oficialidad. Pero creemos que el camino se hace andando. Al final, el tema será más político que deportivo, pero mientras se consigue un estatus y la capacidad de ser una nación y un Estado que nos lo permita, podemos ir dando pasos deportivos.

¿Qué pasos?

Tenemos selecciones, podemos potenciar competiciones de selecciones y eso, poco a poco, es un sirimiri que a la gente le va a llegar. Ese es el camino que debemos recorrer, un camino legitimado por la sociedad y por los votos. Entre el Gobierno, las federaciones y la Unión de Federaciones debemos liderar este proyecto que tiene que ser de pequeñas conquistas y que no busque la confrontación. Tenemos que centrarnos en lo nuestro, en lo que sentimos, y defenderlo con naturalidad.

Pero en algún momento habrá que dar el paso político.

Decir otra cosa sería engañarnos. El día que consigamos un estatus político que nos dé una posibilidad, entonces podremos tener la oficialidad. Pero lo que digo es que lo que no podemos hacer hasta que llegue ese día es estar quietos. Es mejor que nos vayan viendo a nivel internacional, nos tengan en cuenta y que nuestras selecciones vayan haciendo camino hasta que nos miren con normalidad en todo el mundo.

¿También en España?

Por eso insisto en que el tema va a acabar siendo político.

Hay quien piensa que para reivindicar la oficialidad es insuficiente organizar un partido de fútbol al año.

El partido cumple su objetivo, pero también creo que hay potenciar el mensaje en otros deportes.