Después de pasar más de dos meses en el dique seco tras sufrir una rotura en el ligamento lateral interno de su rodilla izquierda en la segunda jornada de la Ligue 1 y de regresar a la titularidad en el partido de Copa celebrado el pasado miércoles, cuatro días antes de volver a ser de la partida con el Olympique de Lyon en el partido correspondiente a la undécima jornada de la Ligue 1, en el que el próximo rival del Athletic en la Europa Legue venció 5-2 al Bastia, Yoann Gourcuff (11-VII-1986) apunta ya al envite de pasado mañana en San Mamés.
Inédito aún en la actual edición de la Liga Europa, el talentoso mediapunta internacional por Francia volverá a estar disponible de este modo para Rémi Garde, quien podrá contar para la visita a Bilbao con los servicios de uno de los futbolistas con más clase y talento de la Ligue 1, en la que Gourcuff asoma como el segundo jugador mejor pagado del campeonato por detrás del sueco Zlatan Ibrahimovic. Un dato que sirve para contrastar la categoría futbolística de un jugador que, sin embargo, y a pesar de estar llamado a comandar a Francia en los torneos internacionales y suceder así al añorado Zinedine Zidane -Gourcuff fue apodado como Le Petit Zizou, en referencia al exmadridista-, no ha terminado de responder a las expectativas creadas en torno a su figura.
Y es que, después de estar relacionado con varios grandes clubes del Viejo Continente como el Ajax de Amsterdam o el Arsenal, para acabar firmando un contrato por cinco años con el Milan, los aficionados franceses vieron cómo la progresión del ahora jugador del Olympique de Lyon se frenaba en seco. Lejos del que se barruntaba que podría llegar a ser su mejor nivel, desconocido en multitud de citas, Gourcuff ganó la Liga de Campeones de la campaña 2006-07, la Supercopa de Europa en 2007 y la Copa Mundial de Clubes ese mismo año, pero fue cedido al Girondins de Burdeos en el curso 2008-09 con la esperanza de recuperar a un mago demasiado intermitente.
campeón de liga con el girondins Ya de vuelta en Francia tras haber arrancado su carrera como futbolista profesional en las filas del Stade Rennes en 2003 con tan solo 17 años, Yoann Gourcuff volvió a saborear las mieles del éxito y a reencontrarse consigo mismo al amparo de su gente. Sin llegar a ser ese futbolista superlativo que se esperaba, pero dando sobradas muestras de sus envidiables cualidades técnicas, no exentas de olfato goleador, el mediapunta francés se convirtió en una de las piezas clave para que el Girondins se coronase campeón de la Ligue 1 y de la Copa de la Liga en el curso 2008-09. Éxitos que llevaron al conjunto francés a ejercer su opción de compra por 15 millones de euros en busca de asegurarse a un jugador que, a sus 23 años, aún asomaba a tiempo de abrazar el status de auténtica estrella a nivel internacional.
Una circunstancia de la que también se percató y en la que también confió el Olympique de Lyon, que al término de la temporada 2009-10 obtuvo el traspaso del francés por 22 millones de euros. Contratación que dos años después de llevarse a cabo, sin embargo, no ha dado aún los frutos deseados al conjunto lionés, que todavía sueña con la mejor versión de un futbolista que a sus 26 años, y dueño de una exquisita técnica individual, vuelve a estar disponible para el fútbol tras superar una larga lesión de rodilla. El último obstáculo hasta la fecha para un virtuoso del balón que ya sabe lo que es jugar ante el Athletic. Y es que, antes de caer lesionado en el mes de agosto, Gourcuff disputó los primeros 45 minutos en el amistoso celebrado en julio ante los rojiblancos, una de sus últimas apariciones sobre los terrenos de juego.