EL fútbol vasco de élite atraviesa una mala situación clasificatoria. El Athletic ocupa la decimocuarta posición, pero con once puntos está a solo dos de los puestos de descenso cuando sus aspiraciones de partida eran codearse con los de arriba.
Diez tiene la Real Sociedad y cinco menos Osasuna, el colista de la Primera División.La foto de situación, cumplida la décima jornada, comienza a provocar mucha inquietud entre la hinchada y desazón entre los dirigentes, que ya cuestionan claramente a los entrenadores, como es habitual.
No es el caso del Athletic, donde Marcelo Bielsa tiene bula para rato, consecuencia de la extraordinaria labor realizada la pasada campaña. Pero sí ocurre en la Real Sociedad cuyo técnico, el francés Philippe Montanier, fue abroncado el pasado domingo por los aficionados congregados en el estadio de Anoeta, que además pidieron de forma muy estruendosa su dimisión.
Tras un inicio esperanzador que tuvo su punto culminante en la sexta jornada, con la jaleada victoria (2-0) frente al Athletic, la Real ya no volvió a levantar cabeza. Tres derrotas ligueras, en Sevilla ante el Betis (2-0), y en Anoeta contra el Atlético de Madrid (0-1) y Espanyol (0-1), el pasado domingo, y un empate en Valladolid (2-2), más el traspiés copero en Córdoba (2-0) han devuelto a la grada la animadversión hacia Montanier, un técnico que no cae en gracia y que ya estuvo a punto de ser sustituido en la campaña anterior, cuando la Real encadenó ocho encuentros sin conocer el triunfo.
Un gol desde el centro del campo de Iñigo Martínez en el Benito Villamarín ( lo mismo que hizo con Iraizoz en Anoeta) paró en seco una destitución cantada. La Real reaccionó, escapó del atolladero y el Consejo del club dio luz verde al segundo año de contrato que tenía firmado el entrenador francés.De lo que ocurra, y cómo ocurra, el próximo sábado en Málaga y sobre todo del siguiente encuentro, frente al Rayo en casa, dependerá la suerte de Montanier.
En los mentideros suenan con fuerza dos nombres: Ernesto Valverde y Javier Aguirre, ambos actualmente sin equipo.En las lesiones (Markel Bergara, David Zurutuza, Claudio Bravo...), la ineficacia goleadora (diez tantos en otros tantos encuentros) y sobre todo los gritos de la afición están las causas del mal trance por el que atraviesa Philippe Montanier en la Real cuando todavía queda demasiada Liga por quemar.Osasuna, hundido Las del vizcaino José Luis Mendilibar son mucho más evidentes.
Osasuna es el último clasificado, con cinco puntos en diez partidos y a cinco de la salvación. La derrota del pasado domingo ante el Valladolid (0-1) escoció demasiado, porque puso en evidencia que el equipo pierde fuelle en su fortaleza del Reyno y no sabe marcar.
Con sólo ocho goles en diez encuentros no se va a ninguna parte, salvo derecho a Segunda División.Miguel Archanco, presidente del club navarro, ratificó ayer a Mendilibar de quien, dijo, "esta semana va a ser entrenador de Osasuna".Archanco añadió que hablará con el técnico y espera que el equipo reaccione bajo su dirección, como ya ocurriera en las dos anteriores campañas, pero que si no puede ser "no será", aunque "ojalá no ocurra".Más claro, agua. En el próximo partido ante en Espanyol, en El Prat-Cornellà, Mendilibar se la juega. El nombre de Javier Aguirre ya revolotea por la Vieja Iruñea.