VIKTORIA PLZEN 0-4 BARCELONA
VIKTORIA PLZEN: Pavlic; Lmbersky, Bystron, Cisovsky, Rajtoral; Horvath (Min. 77, Reznik), Jiracek, Pilar, Kolar (Min. 68, Duris), Petr?ela y Bakos (Min. 24, Sevinsky).
BARCELONA: Valdés, Alves (Min. 70, Maxwell), Piqué, Puyol, Abidal (Min. 73, Alexis), Busquets (Min. 65, Keita), Thiago, Cesc, Adriano, Messi y Cuenca.
Goles: 0-1: Min. 23; Messi, de penalti. 0-2: Min. 45 (+2); Messi. 0-3: Min. 71; Cesc. 0-4: Min. 90 (+2); Messi.
Árbitro: Robert Schöfgenhofer (Austria). Floja actuación. Amonestó a Pilar, Alves, Lmbersky y Horvath. Expulsó en el minuto 22 a Cisovsky.
Incidencias: Estadio Synot Tip de Praga. 21.000 espectadores, siendo 1.500 de ellos seguidores azulgranas. En el otro partido del grupo el Milan solo pudo empatar (1-1) en el campo del Bate. Marcó Ibrahimovic en el minuto 22 y Renan Bressan, de penalti, en el minuto 55.
BILBAO. Con Villa en la grada, Xavi e Iniesta en el banquillo y Cuenca de nuevo en el once, donde al fin Puyol y Piqué partieron de inicio; el partido 200 de Guardiola al frente del Barcelona supuso una nueva reivindicación de Leo Messi, amén del registro firmado por Valdés y de la rúbrica del pasaporte a octavos de final. El argentino no solo alcanzó también la redonda cifra de 200 goles, sino que la superó en una primera parte que quedó finiquitada en el penalti cometido por Cisovky, expulsado, sobre el astro culé, que transformó la pena máxima y se marchó al descanso llevando a la red una exquisita pared con Adriano. El resto, coser y cantar, y la guinda del hat-trick de La Pulga, que firma ya 202 dianas con la camiseta azulgrana.
El duelo arrancó plano, con el débil conjunto checo destilando osadía y los barcelonistas adaptándose al césped maltrecho y panchos, divisando el pase y prácticamente la primera plaza a sabiendas del pinchazo milanista frente al Borisov. El impronunciable Schöfgenhofer, un árbitro sin lecciones en su currículum, se erigió en el primer protagonista al escamotear un penalti sobre Cesc y, aún reponiéndose del enfado, fue el Barça quien a punto estuvo de llevarse un gran susto. Una pérdida de balón originó un contragolpe que permitió a Petrzela plantarse solo ante Valdés, pero el meta catalán está bendecido en este primer tercio de curso y supo repeler el cuero con su cuerpo. El aviso espoleó a los culés y no pasaron seis minutos cuando Messi cayó y, con un inexplicable retardo, el colegiado decretó, esta vez sí, el máximo castigo. Engañó al portero como de costumbre lo hace con sus gambetas a los rivales, demostró que este tipo de lanzamientos también se hallan en su catálogo ilusionista y, otra vez, calló bocas. Por si alguna quedaba abierta dentro de la caverna. Con superioridad por los cuatro costados y hasta en lo numérico, el encuentro se convirtió en un monólogo cuyo epílogo del primer acto llevó, cómo no, la firma del rosarino.
En la reanudación le bastó al Barça con controlar la dirección del juego y los esfuerzos, permitiendo acercarse al Plzen, y a Thiago hacer filigranas hasta con su cabeza, con la que estrelló un balón en el travesaño. Hubo tiempo para que dejara su sello Cesc, o mejor dicho, Cuenca, el artífice de la asistencia tras romper con su quiebro al lateral; asimismo para el regreso de Alexis superada su lesión; y lo hubo extra para que la ración de Messi fuera triple por decimotercera vez en su carrera. Maravillosa crisis la azulgrana.