donostia. ¿Cuando jugaba en el Touring se imaginó alguna vez una trayectoria así?
No, nunca pensé en vivir del fútbol. Jugaba en el Touring porque era el equipo del pueblo, pero en la vida pensé en llegar más allá.
Ha pateado media Europa pero aquí es un desconocido.
Sí, al final mi vida la he hecho fuera y aquí mi nombre no se ha escuchado mucho. Cuando estuve en el Braga sé que me siguieron varios equipos de Primera División de España, pero no tuve suerte y me busqué la vida por otros sitios. Luego ya no quise volver porque sabía que si lo hacía, no volvía a irme, aquí moría. Si vienes al Real Unión o al Eibar ya con una edad y, por lo que sea, te sale un mal, se acabó el fútbol. Sin embargo, te vas fuera y te puede salir bien o mal, pero si estás en un Primera siempre te van a salir cosas después.
¿Qué habría sido de su carrera, o de su vida, de no haberse ido?
Habría bajado a Preferente con el equipo del pueblo y con el tiempo habría dejado el fútbol. Si te quedas aquí y ves que nadie se interesa por ti, que nadie te ojea, pierdes la ilusión y el fútbol pasa a ser solamente un hobbie. Seguramente seguiría pintando y viviría con mi familia.
¿Cuáles son sus mejores recuerdos?
Jugar en los campos del Oporto y el Benfica ante 50.000 personas, eso no me lo quita nadie, son momentos que no se te olvidan si no estás acostumbrado a vivirlos.
¿Por qué cree que al futbolista de aquí le cuesta todavía salir ?
La gente a veces solo ve el dinero, se piensa que fuera va a ganar mucho y no es así, te pagan lo justo. Hay que valorar otras cosas. En Portugal, por ejemplo, se gana muy poco, en algunos equipos de 2ªB se gana más, pero estás en Primera.
¿Ha observado grandes diferencias futbolísticas entre las ligas de los países en los que ha estado?
Cada liga es diferente, puede haber ligas más físicas pero en todos lados hay jugadores con mucha calidad. Hoy en día el fútbol está igualado.
¿Después de haber jugado en tantos países le queda la espinita de no haber jugado en algún sitio?
Hay gente que no valora que los vascos que estamos fuera hemos llevado el nombre de Euskadi por muchos lados. Hay una Selección de Euskadi y no se nos ha dado una oportunidad. Siempre van los mismos. No creo que hubiera desentonado. Es la espina que me queda. Si me hubieran dado veinte minutos para que mi madre me hubiera podido ver jugar en casa, me habrían hecho el hombre más feliz del mundo.
¿Cómo valoras lo vivido?
Al final acabas quemado a nivel interno. Somos una mercancía y hacen lo que quieren. Pero no me puedo quejar de nada, soy un privilegiado por haber vivido lo que he vivido. He perdido a mucha gente por el camino, pero al final pones la balanza y he ganado muchas cosas El fútbol me ha enseñado lo que es la vida.