BILBAO. Francia no olvida aquella mano de Henry a modo de asistencia a Gallas que le permitió competir en el Mundial de Sudáfrica, aunque una mayoría de galos desearan después que hubiese sido mejor no gozar de aquel pasaporte. Irlanda montó en cólera porque ese error arbitral le privó de una cita histórica el pasado año y hasta el propio exfutbolista de Arsenal y Barcelona, entre otros clubes, solicitó, sin éxito, que se ordenara repetir el partido. Las vueltas del fútbol han beneficiado en esta ocasión a la isla verde, que luchará en la repesca por una plaza en la Eurocopa de 2012 después de que Iturralde González le allanara el camino. Ayer el incendio se sofocaba en Armenia.
Corría el minuto 26, con 0-0, cuando el delantero irlandés Simon Cox le ganaba la espalda a los centrales y se plantaba solo ante el guardameta Berezovski, a quien trató de superar con una vaselina. Fuera del área, el portero levantó los brazos y, aunque pareció que despejaba el balón con uno de ellos, las repeticiones televisivas demuestran que en verdad le golpeó en el pecho. El bilbaino no dudó y le expulsó, equivocándose de igual forma que lo hizo al no penalizar el control con el que Cox encaró al arquero, también con la mano, por lo que la jugada debió quedar invalidada.
El encuentro se abrió para Irlanda, hasta entonces fiel al planteamiento conservador de Trapattoni, a quien le valía con el reparto de los puntos. Le sobraron dos, puesto que su selección venció (2-1) aunque sí perdió a Doyle, también expulsado pero ya con todo decidido. Curiosamente, al final del partido la Federación irlandesa entregó a Iturralde una placa conmemorativa como recuerdo del último compromiso internacional de selecciones que pitará, en puertas de la retirada. En Armenia no hubo tiempo para los lamentos y desde el minuto siguiente se lanzaron a degüello contra la labor del colegiado vizcaino. Horas después, los aficionados ya habían creado dos nuevas cuentas en la red social Facebook descalificando al árbitro. Los rotativos tampoco escatimaron en dureza. "Ni arbitró bien en las jugadas decisivas ni cortó la agresividad irlandesa", sostenía el legendario futbolista Pogosián. Y es que impidió a esta República participar por primera vez en un evento de estas características desde que se creara en 1992 tras separarse de la Unión Soviética. Irlanda no oculta su sentimiento de recompensa por esta ayuda extra. Para The Irish Times, Berezovsky no se hizo favor alguno a sí mismo cuando salió con los brazos en alto ante la llegada de Cox, pero admite que la decisión arbitral fue "dura".
otra 'ayuda' a los galos No fue la única polémica de la última jornada de clasificación. Bosnia también rumia el penalti más que dudoso que el escocés Craig Thomson no tardó en decretar en el minuto 77, y que sirvió para que Francia empatara y pasara directamente como la primera de su grupo. Cierto es que el central sevillista Spahic no estuvo muy listo cuando quiso obstaculizar a Nasri, pero este último hizo todo lo que pudo y más para justificar el derribo, a milímetros de la cal del lateral del área grande, pisándola y desplomándose dentro. Las miradas se dirigieron de inmediato hacia Michel Platini.
Ayer la propia FIFA publicaba en su página web oficial que desde el próximo mes de noviembre un equipo de investigadores independientes de un instituto suizo emprenderán el estudio para reconocer cuándo el balón entra por completo en la portería a través de un dispositivo que detecta con precisión si el esférico, en toda su circunferencia, cruza la línea entre los postes y bajo el travesaño. Pese a ello, siempre estará presente el fallo humano que permite abrir debates y teorías de la conspiración. Aunque los armenios tenían ayer razones para quejarse. Como en su día Irlanda.