NÁPOLES: De Sanctis, Zúñiga, Campagnaro, Cannavaro, Aronica, Dossena, Inler, Gargano, Lavezzi (Min. 87; Santana), Hamsik (Min. 78; Mascara), Cavani (Min. 70; Pandev).
VILLARREAL: Diego López, Zapata, Gonzalo (Min. 32; Camuñas), Musacchio, Catalá, Senna (Min. 82; Wakasso), Bruno, Cani, De Guzmán (Min. 82; Hernán Pérez), Nilmar, Rossi.
Goles: 1-0: Min. 13; Hamsik. 2-0: Min. 16; Cavani.
Árbitro: Frank de Bleeckere (Bélgica). Tarjeta amarilla para los locales Aronica, Cannavaro y los visitantes Musacchio, Cani y Rossi.
Estadio: San Paolo de Napolés ante 48.000 espectadores.
bilbao. El Nápoles se aprovechó ayer de la falta de colmillo de un Villarreal que no termina de dar con la tecla adecuada para carburar el presente curso para tumbarlo en el estadio transalpina. Así, la tropa capitaneada por el magnífico Cavani alcanzó el clímax al arrebatar cualquier oportunidad al Submarino Amarillo, demasiado obcecado en jugar por el centro y amparado únicamente al olfato goleador de Giuseppe Rossi y Nilmar, ambos con serios problemas a la hora de marcar. De este modo, los dos tempraneros tantos de Hamsik y el propio Cavani, de penalti, les derrumbaron el sueño europeo en apenas dos internadas napolitanas. Y es que el Villarreal lo intentó pero no pudo, incluso arriesgó el técnico levantino al quitar a Gonzalo, central de cuña, y colocar al vertical y veloz Camuñas en la medular. Pero el experimento no maduró y mató al conjunto castellonense
El Villarreal tenía claro que el peligro del Nápoles pasaba por el triunvirato de arriba, personificado en el propio Cavani, por quien bebe los vientos media Europa, el eslovaco Hamsik, joven de grandísima proyección y toda una realidad en el Calcio, y el argentino Lavezzi. Estos tres futbolistas, unidos al efervescente pero fugaz Padev, en el banquillo, llevan ya dos temporadas jugando juntos -el de Santa Fe y el de Banská Bystrica, cuatro- y se nota, se complementan a la perfección y son un auténtico escándalo cuando logran conectar. Así, sin disfraz ninguno, ni de cordero ni de lobo, Hamsik pegó primero sin apenas desperezarse (minuto 13) el Submarino Amarillo. Un pase de Lavezzi al área grande acabó en la red ante la eficacia del eslovaco. Primer golpe. El segundo amaneció un minuto más tarde, sin reacción y sin oportunidad de haberla, Gonzalo cometió el error de provocar un penalti en su área y Cavani no se lo pensó. Después, la agonía amarilla y la placidez napolitana, que se limitaron a esperar y controlar el partido ante la falta de efectividad del Villarreal, quien se verá las caras la siguiente jornada ante el City y sin ningún punto en su casillero.