MOURINHO sale a sainete por semana, y la jornada de ayer sirvió para clarificar que en su actual tesitura el Real Madrid es lo más parecido al camarote de los hermanos Marx, en la peor de sus versiones. Arrancó el día con una información de Digital Plus en la que se afirmaba, citando como fuente a Eladio Paramés, portavoz del luso, que el entrenador merengue estaba dispuesto a convocar una rueda de prensa para anunciar su marcha al no sentir el respaldo de Florentino Pérez y sus directivos. A continuación, y tras una cruenta guerra periodística en la que unos medios informaban de una cosa y otros de otra bien diferente, salió el ínclito Paramés para negar la noticia y sostener que todo era alguna broma de mal gusto de alguien que utilizaba el número de móvil de un celular prepago que él ya no usaba y que tenía en el fondo de su cajón. Pero el esperpento creció cuando Mourinho hizo público un comunicado en la página web oficial del Real Madrid para asegurar que no pensaba en la dimisión y, de paso, para pedir perdón por su conducta en el partido de vuelta de la Supercopa... pero solo a la afición de su equipo. Ni palabra sobre Tito Vilanova. Es más, el portugués no dudó en hacer una acusación velada hacia los componentes del Barcelona. Circense.
Sostiene Mourinho en esa carta abierta al público que su "madridismo es mucho más grande que el de algunos pseudomadridistas" y pide disculpas por su "actitud" en los incidentes de la Supercopa. "Solo quien no me conoce puede soñar, inventar o creer que pueda marcharme ahora. Me parece que mucha gente se quedó impresionada con la calidad del fútbol demostrado por el Real Madrid en esta pretemporada, y sería para ellos una sorprendente noticia que yo abandonara el club ahora. ¡Imposible! No me marcho. Seguro. ¡Segurísimo!", argumenta.
Destaca el buen momento por el que pasan sus relaciones con los altos cargos del club. "Tengo un presidente fantástico, con una gran inteligencia, y al que además me une una gran amistad. Y tengo también un director general que trabaja para el club 24 horas al día, por lo que siento que mi motivación es enorme y mi madridismo mucho más grande que el de algunos pseudomadridistas". Pero el colofón de la nota no tiene desperdicio: "Quiero dirigirme al madridismo para disculparme ante él, y solo ante el madridismo, por mi actitud en el último partido. Algunos están más adaptados que yo a la hipocresía del fútbol, lo hacen con la cara escondida, con la boca tapada y en lo más profundo de los túneles. Yo no aprendo a ser hipócrita. Ni aprendo ni quiero". Blanco y en botella. Un mensaje unidireccional al barcelonismo. Mientras, Paramés trató de explicar quién pudo colar a Digital Plus que el luso se quisiera ir. "Es todo muy extraño. Desde hace casi un año no tengo ningún número español. Me han asegurado que alguien se ha hecho pasar por mí cuando le han pedido una entrevista y ha dicho una noticia que es falsa". Raro, raro.
posible sanción de 4 a 12 partidos Por su parte, Competición abrirá expediente a Mourinho y a Vilanova por una infracción grave y leve respectivamente. Ambos casos serán analizados por el órgano federativo a raíz del incidente en la Supercopa, aunque el portugués podría ser castigado con una sanción de 4 a 12 partidos, mientras que el ayudante de Guardiola, de 1 a 4 encuentros. Algo que ha provocado que en el Madrid se sientan ofendidos porque, a su juicio, fueron ellos los perjudicados. "Por las provocaciones, vejaciones, insultos y agresiones que tuvieron que soportar los jugadores, cuerpo técnico y demás miembros del banquillo de nuestro equipo en el terreno de juego y también en el túnel de vestuarios", aseguran en otro comunicado. El Barça, que se sepa, estaba en ese instante sobre el césped recogiendo el título. Por ello, el club azulgrana no quiere entrar al trapo para centrarse en la Supercopa de Europa, donde faltará Piqué al sufrir ayer una rotura fibrilar en el gemelo de la pierna izquierda que le tendrá K.O. tres semanas. Piensan que responde a una maniobra blanca para descentrarles tras un verano en el que el Madrid se frotaba las manos.