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LAS redes sociales son un arma de doble filo. Lo mismo se monta un macrobotellón que se rinde multitudinario homenaje a fulanito. No obstante, también se puede instar a la guerra. Ser aliento para el fanatismo exacerbado, violento. Sucede estos días, a modo de previa, con la semifinal de la Copa África que medirá a Egipto con Argelia, estados enquistados en la lucha, recurrentes a ésta en ocasiones puntuales, que lo requieren -así lo entienden-. No en vano, fluye por internet un movimiento que cita al conflicto para hoy, día de fútbol.

El pasado mes de noviembre, los partidos entre ambas selecciones de cara a la clasificación del Mundial de Sudáfrica fueron acompañados por los disturbios. Tras la primera liza (2-0 para Argelia), el autobús argelino fue apedreado en El Cairo por seguidores egipcios hiriendo a cuatro futbolistas. De manera que en el segundo compromiso, la ciudadanía argelina tomó represalias ejerciendo la Ley del Talión, la del ojo por ojo y diente por diente, eso sí, multiplicada: destrozaron e incendiaron las sedes de numerosas compañías egipcias en su país e hirieron a 21 personas; en Egipto, 2.500 aficionados se citaron ante la embajada de Argelia y el gobierno egipcio retiró de forma temporal a su embajador de Argel. La mecha quedaba encendida. Y ahora, numerosos radicales se encargan de avivarla. Sucede con anónimos seguidores vía red de redes, pero también con los protagonistas, que han hecho del partido una cuestión de Estado.

Por si acaso, por si la ocasión se antojaba gélida con eso del paso del tiempo, ya se ha encargado el egipcio Mohamed Zidan de dinamitar el que se presumía como apacible ambiente lanzando declaraciones con tintes bélicos. "Es un partido a vida o muerte, será como una guerra", sostiene el jugador faraón, que deja ver sus ansias de revancha, después de ser apeados del Mundial. Y es que, de ganar, sería Egipto, defensora del título, la primera selección en vencer la Copa por tercera vez consecutiva. "Eso sería un gran honor", argumenta el futbolista.

Enfrente, el técnico argelino, Rabah Saadane, intenta apagar fuegos sin extintor: "El partido ha de ser sólo deporte y nada más". Hay, incluso, quien busca desterrarlo del calendario. "Vota a favor de la anulación del partido", pretenden en Facebook los más apacibles. Al final, el fútbol dictará, si hay gol en el campo y paz en la tierra.

Por otra parte, en la otra semifinal, Ghana se medirán a Nigeria.