Bilbao. No habrá huelga, de momento. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) descartó en su reunión extraordinaria de ayer un parón en protesta por la subida del impuesto sobre la renta a los jugadores extranjeros y optó por formar una comisión de negociación con los poderes públicos para hablar de la aplicación de esta medida y otras cuestiones que afecten al fútbol profesional. Antes de plantarse y realizar un cierre patronal, la Liga decidió crear una comisión de diálogo con el Gobierno para intentar suavizar las posturas, pero si no se produce ningún avance para el próximo día 19, fecha en la que la LFP volverá a reunirse, es probable que entonces sí se lleve a cabo el plante.
Todos los clubes de Primera División, salvo el Mallorca, estuvieron representados en la Asamblea Extraordinaria -en nombre del Athletic estuvo Jon Berasategi, gerente del club- y todos los de Segunda, a excepción de Real Unión, Castellón, Elche, Rayo Vallecano, Huesca y Cartagena. A la conclusión de esta reunión, el presidente de la LFP, José Luis Astiazarán, destacó la unanimidad en el acuerdo para conformar la comisión de negociación, de la que formarán parte los presidentes de Real Madrid, Sevilla, Numancia y Nàstic, además del propio presidente de la Liga. Astiazarán justificó la decisión de "no adoptar ninguna medida de presión" en aras de la colaboración "y en busca de un diálogo urgente y eficaz".
El rector donostiarra insistió en que la modificación del régimen fiscal de los extranjeros "menoscaba la capacidad competitiva del fútbol español respecto a otras grandes Ligas". Asimismo, descartó que la patronal se precipitara al hablar de una posible huelga por la subida del IRPF del 24 al 43% a los futbolistas extranjeros que ingresen más de 600.000 euros anuales.
La LFP se aferró a la defensa del peso que el fútbol tiene en España. Según sus datos, este deporte es la "decimoséptima economía mundial" y la primera industria del ocio en España, que genera 42 empresas, 2.117 millones de presupuesto de ingresos, 1.947 millones de presupuesto de gastos, 85.000 empleos directos e indirectos y hace una aportación a la economía de 9.000 millones". Las cifras, extraídas de informes de la Comisión Nacional de la Competición y de Deloitte Football Money League en junio y febrero de 2008, respectivamente, señalan que "14 millones de personas acuden a los campos y 10 millones de personas siguen cada jornada la Liga en los estadios o en la tele".
Otros datos, en esta ocasión del Ministerio de Economía y Hacienda español, especifican que sólo 43 jugadores extranjeros que militan en clubes de Primera y Segunda División declararon ingresos superiores a 600.000 euros en el ejercicio 2008. Así, únicamente 1.960 contribuyentes se acogieron al régimen de impatriados el pasado año, de los que 60 cobraron más de 600.000 euros, 43 de ellos futbolistas.
El ataque de Guardiola El entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, se pronunció ayer sobre la derogación de la Ley Beckham. El técnico azulgrana comentó que se debe a que, en tiempos de crisis económica, el Gobierno español necesita recaudar más dinero para salir adelante: "Poca cosa podemos decir. El Gobierno tiene las leyes y las Cortes tienen el poder y potestad para cambiarlas. En momento de crisis hay que recoger más dinero para solucionar los problemas que hay, esto es así". El preparador del Deportivo, Miguel Ángel Lotina, tampoco se mostró partidario de la derogación de la ley y manifestó que "no me parece justa la manera en que se ha vendido el tema a los aficionados de la calle, porque esos impuestos los va a pagar el club, la empresa, no el futbolista. Si se cambian los impuestos va a ir en perjuicio de los clubes".