George Russell fue capaz alterar el orden imperante en la Fórmula 1. El británico se convirtió en el cuarto ganador distinto este año. El monoplaza Mercedes se transformó en el contexto del Gran Premio de Canadá, con la pole y una sólida victoria que sirvió para agitar una carrera en la que McLaren cedió su lugar hegemónico con drama incluido por un choque entre Oscar Piastri y Lando Norris cuando ambos pugnaban por la cuarta posición. El segundo finalizó estrellado contra el muro una cita que por este incidente concluyó con el safety car en pista.
La carrera arrancó marcada por el respeto en las posiciones de cabeza. Russell se defendió con maestría en los compases inaugurales de la amenaza de Max Verstappen, que desde la segunda posición acechó durante las ocho primeras vueltas a distancia de DRS. Después, el Mercedes logró abrir una brecha que resultaría insalvable. Detrás, Kimi Antonelli comenzó a diseñar el que terminaría siendo su primer podio en el Gran Circo con un adelantamiento a Oscar Piastri para auparse a la tercera posición.
A medida que se iban consumiendo vueltas, los ingenieros comenzaron a percibir que la erosión de los neumáticos era superior a lo establecido por las previsiones. Verstappen fue el primero en visitar el garaje, en la vuelta 12. Provocó una reacción en cadena. Los pilotos punteros completaron sus primeras paradas para proteger posiciones. La emoción, a falta de duelos en pista, se instalaba de la mano de la degradación. Si había dudas, las estrategias pasarían a ser confeccionadas con dos paradas.
Tras unos compases de armonía, con la carrera ya asentada, no se podía intuir un escenario como el acontecido a la postre, con unas diferencias inusuales a esas alturas de la prueba. En el giro 52 de los 70 pactados, los seis primeros rodaban a una distancia de 10 segundos. Ya en la vuelta 60, los cinco primeros pilotos estaban separados por 6 segundos. La respuesta de las gomas sería crucial. Reinaba la prudencia. Pero la ligereza de los monoplazas por el consumo de gasolina erradicó comportamientos anómalos.
Russell imprimió ritmo tras llegar a tener a Verstappen a 1,5 segundos. Max, sin ninguna opción de disputar la victoria, apretó para desahogarse de un brillante Antonelli, que a su vez se protegía de Piastri, cuarto, y este de Norris, quinto. “Ha sido estresante”, expresó Antonelli. Piastri rodaba con DRS, pero Norris también. La realización se centró en ellos. Los McLaren adquirieron protagonismo. El morbo estaba servido. Norris inició los ataques a su compañero y líder del Mundial. Piastri tuvo que olvidarse del podio y focalizarse en detener a Lando, su gran rival en el campeonato.
Choque entre los McLaren
El escenario no se había dado hasta la fecha. Las carreras se agotan y las oportunidades no vuelven. Los dos pilotos de McLaren saben que están ante una ocasión inédita de proclamarse campeones. Norris, segundo en el campeonato a 10 puntos de Oscar, lanzó su coche. Ganó la cuarta plaza. De inmediato reaccionó Piastri, que recuperó la posición. Norris tenía más ritmo. Lo volvió a intentar en la recta de meta, con la aspiración del rebufo y el impulso del DRS. De forma inexplicable, el británico escogió el lado izquierdo, el exterior, donde no había espacio. Trató de colar su coche, tocó con su alerón delantero un neumático trasero de Piastri, pisó la hierba y se estrelló contra el muro. Un abandono que pudieron ser dos en McLaren. Bonito espectáculo entre compañeros pero un drama como equipo. Cierto que se juegan el título.
“Lo siento. Lo he hecho mal. Ha sido estúpido por mi parte. He arriesgado la carrera de Oscar y es lo peor que puedo hacer”, entonó Norris, que se aleja de Piastri desde los 10 puntos hasta los 22. Este accidente ocurrió en la vuelta 66. Provocó la aparición del coche de seguridad, lo que hizo que la carrera alcanzara la bandera ajedrezada con el safety car en pista.
“Lo hemos conseguido probablemente gracias a la increíble vuelta de la pole”, celebró Russell. Verstappen, que rebajó de 49 puntos a 43 su distancia con el líder, admitió que el segundo puesto significó capitalizar sus opciones. “Hemos pilotado al ataque con la estrategia, pero era lo máximo a lo que podíamos aspirar”, declaró el neerlandés, que admitió sus problemas de degradación pero que no renunció a reeditar la corona: “La temporada es larga; iremos carrera a carrera”.
Antonelli, por su parte, dijo estar “contentísimo”. A sus 18 años se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en sellar un podio tras Verstappen y Lance Stroll. Logró, además, frenar las aspiraciones de los McLaren, los coches de referencia.
Los Ferrari sufrieron en el circuito Gilles Villeneuve. Charles Leclerc fue quinto y Lewis Hamilton, sexto tras atropellar a una marmota, justo por delante de un Fernando Alonso que puntuó por segunda vez este año y por segunda vez consecutiva. Carlos Sainz remontó desde el décimo séptimo lugar hasta el décimo.