Inglaterra 2

Dinamarca 1

INGLATERRA: Pickford; Walker, Stones, Maguire, Shaw; Rice (Min. 95, Henderson), Phillips, Mount (Min. 95, Foden); Sterling, Saka (Min. 69, Grealish; min. 106, Trippier) y Kane.

DINAMARCA: Schmeichel; Stryger Larsen (Min. 67, Wass), Vestergaard (Min. 105, Wind), Kjaer, Christensen (Min. 79, Andersen), Maehle; Delaney (Min. 88, Jensen), Hojbjerg; Damsgaard (Min. 67, Poulsen), Dolberg (Min. 67, Norgaard) y Braithwaite.

Goles: 0-1: Min. 30; Damsgaard. 1-1: Min. 39; Kjaer, en propia puerta. 2-1: Min. 104; Kane.

Árbitro: Danny Makkelie (Países Bajos). Amonestó a Maguire, por parte de Inglaterra, y a Wass, por Dinamarca.

Incidencias: Segunda semifinal de la Eurocopa disputada en el estadio de Wembley ante 64.950 espectadores.

Se citaron en el minuto 104 frente a frente, duelo a caraperro en Wembley, Harry Kane y Kasper Schmeichel, las dos figuras más gigantescas de una semifinal de Eurocopa irregular en lo futbolístico pero intensa en lo emocional. Con el balón en el punto fatídico de los once metros, se miraron fijamente los héroes de Inglaterra y Dinamarca, funambulistas en esa cruda realidad que separa la gloria del desastre. Resopló el delantero del Tottenham, cogió carrerilla, chutó y el guardameta del Leicester, majestuoso durante todo el encuentro para mantener a flote a los suyos contra viento y marea, detuvo en primera instancia, pero el balón, caprichoso, volvió a las botas de Kane, faro absoluto de los de Southgate en una noche notable actuando de nueve y de matrícula de honor ejerciendo de diez, y este lo alojó en la red, fulminando de golpe la maldición que impedía a Inglaterra, el país que inventó el fútbol, llegar a la final de una Eurocopa. Jamás lo había logrado. Hasta ayer miércoles. Italia será su último escollo para conquistar el título.

Así, con la polémica que acompañará ya para siempre a una pena máxima señalada a Joakim Maehle por un derribo sobre Raheem Sterling más que dudoso, acabó el sueño de Dinamarca de repetir la campanada de 1992. Su Eurocopa, que amaneció con aquel paro cardiaco de Christian Eriksen en el que se rozó la tragedia, ha sido de un mérito extraordinario. Honor para un grupo humano capaz de levantarse después de vivir un momento tan agónico. Dinamarca representaba ayer la ilusión de hacer historia; Inglaterra, la obligación de no volver a pifiarla en una cita señalada y los de Southgate supieron estar a la altura de las circunstancias. Jugaron casi todo el partido con la portería rival entre ceja y ceja, queriendo ser protagonistas y llevando el control del duelo, y su propuesta encontró premio. Resistieron al tanto inaugural de una Dinamarca de más a menos, una falta magníficamente ejecutada por Mikkel Damsgaard, empataron con prontitud gracias a un gol en propia puerta de Simon Kjaer y solo la portentosa actuación de Schmeichel hizo posible que la contienda llegara al tiempo extra. Los de Kasper Hjulmand pusieron sobre el césped el pundonor y el espíritu de resistencia; los de Southgate, el merecimiento y las ocasiones.

Inglaterra arrancó el duelo dispuesta a marcar territorio. Reclamó el balón, haciéndolo circular con rapidez, y aculó a Dinamarca. Le faltó el remate final para hacer daño. La efervescencia de los de Southgate duró un cuarto de hora y poco a poco las fuerzas se equilibraron. Avisó Damsgaard en el minuto 25 con un remate que no acabó lejos de la escuadra inglesa y cinco minutos después, tras calibrar su pie derecho, inauguró el marcador con un potente y lejano tiro de falta que superó la barrera y batió a Pickford. Los ingleses parecían perder la compostura, pero se rehicieron aprovechando la movilidad de Kane, brillante. De sus botas nació el empate en el minuto 39, cuando filtró un pase a la espada de la zaga danesa para que Bukayo Saka centrara un balón que Kjaer envió a su propia red al intentar despejar ante Sterling.

Tras el descanso, el duelo perdió efervescencia. Pese a que Dinamarca trató de merodear por las cercanías de la meta de Pickford, Inglaterra se adueñó del partido. En el minuto 55 un brutal cabezazo de Maguire obligó a Schmeichel a sacar una mano prodigiosa. El meta danés se convirtió en el héroe de los de Hjulmand con sus intervenciones, pues a sus compañeros les costaba muchísimo pasar del centro del campo, y sus paradas valieron una prórroga, en la que siguió luciéndose hasta el duelo con Kane en el minuto 104. Dinamarca, salvo un disparo de Braithwaite, no tuvo fuerzas para luchar por el empate e Inglaterra jugará la final.