La primera toma de contacto de los agentes sociopolíticos vascos llamados a participar en el proceso de mejora y sostenibilidad de la sanidad pública convocada por el lehendakari Imanol Pradales ofreció ayer un diagnóstico del sistema vasco de salud con objetivos y desafíos. Las valoraciones del encuentro, prudentes, reflejan que el camino para asentar confianzas y compromisos no será sencillo pero sí imprescindible. Los asistentes -representantes de partidos políticos, asociaciones profesionales de la sanidad, sindicatos, foros de conocimiento y formación, etc- acudieron con la lógica perspectiva particular, muchas veces ideológica, y con prioridades de agenda individual y sectorial. Será, por tanto, fundamental un elevado grado de compromiso para casar los márgenes de esos intereses particulares y esas visiones, tan respetables como apriorísticas, con el objetivo colectivo de un sistema eficiente, sostenible, equitativo y equilibrado en el esfuerzo social del que el conjunto de la ciudadanía vasca debe salir beneficiado. Los retos que acometen al sistema sanitario público vasco son globales -envejecimiento con el aumento de necesidades específicas sociosanitarias, cronificación de dolencias, baja natalidad, limitación de profesionales, importación de enfermedades endémicas y otras sobrevenidas por la amplia movilidad, etc-, aunque con características específicas según el caso en Euskadi. Los recursos son limitados y deben ser eficientes y sostenibles. La aproximación al Pacto Nacional de Salud debe moverse en esos parámetros, además de no perder de vista el objetivo central de mejorar el bienestar de la ciudadanía. Hay aspectos que incidirán en ello, y no es menor el de las condiciones laborales de los profesionales, que deben ser dignas, atractivas y garantistas de su buen desempeño. La mesa debe seguir abierta a la inclusión de todos -también de quienes se han desmarcado de ella-. Pero esta no es una mesa para la negociación colectiva sino para el compromiso con la ciudadanía y la calidad del servicio público. Todo el que se acerque con ese objetivo colectivo y defienda lealmente la integración de sus intereses particulares en él, estará haciendo un servicio a la ciudadanía que ésta sabrá agradecer. Pero, someter este foro a estrategias de conflictividad, merecerá el reproche colectivo. Con esa voluntad es preferible, efectivamente, quedarse fuera.
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