Síguenos en redes sociales:

La siderurgia, entre el temor a los aranceles y el optimismo por la potencia eléctrica

El sector exige un sistema de cuotas a la importación de acero para proteger el mercado europeo

La siderurgia, entre el temor a los aranceles y el optimismo por la potencia eléctricaNTM

El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, arrancaba la semana reuniéndose con el sector de la siderurgia para analizar los posibles impactos a las empresas del arancel del 50% impuesto por Estados Unidos al acero. Un día después, viajaba a Madrid para otro encuentro crucial, esta vez con el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, donde obtuvo la confirmación de que Euskadi obtendrá más de 5.000 megavatios extra dentro de la planificación eléctrica para los próximos cinco años. Ambos eventos han sido cruciales para el sector siderúrgico vasco.

“Estamos en una coyuntura excepcional. Ya hemos vivido otras, como el covid, pero en esta coyuntura en la que estamos, de incertidumbre, necesitamos discutir una política industrial para remar todos en una dirección porque dependen de ella muchos empleos”, analiza Asier San Millán, director del cluster de la siderurgia, Siderex, que agrupa a un centenar de empresas. Este sector da trabajo de forma directa a 20.000 personas en Euskadi, pero contando con el empleo indirecto la cifra llega a las 60.000.

El centenar de empresas generan una facturación conjunta anual de unos 5.400 millones de euros y exportan en torno a 3.240, es decir, el 60%, lo que refleja la alta dependencia al comercio exterior. “La imposición de un arancel del 50% coloca a las empresas vascas en un escenario de pérdida de competitividad casi absoluta”, advirtió hace unos días Jauregi, cuando anunció la convocatoria de las tres mesas sectoriales –con la siderurgia, la automoción y la máquina-herramienta– para analizar el impacto de la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump.

El país norteamericano es el tercer socio comercial de la siderurgia vasca, adonde el año pasado se exportaron productos por valor de 385 millones de euros entre la fundición, las acerías, los tubos o el acero. Las cifras difieren respecto a las presentadas por el consejero de Industria, pero es que estos datos tienen en cuenta toda la cadena de valor. “Este es un problema coyuntural muy importante para toda la industria siderúrgica en todo su concepto y en toda su cadena de valor. El ecosistema de empresas que hay en torno a una acería es muy grande y, habitualmente, suelen ser pequeñas empresas. Estas pueden ser las más afectadas porque son las que menos músculo tienen para hacer frente a una situación como esta”, explica San Millán.

"Necesitamos remar todos juntos en una dirección porque dependen de ello muchos empleos”

Asier San Millán . Director general del clúster de la Siderurgia (Siderex)

Empresas siderúrgicas

En Euskadi existen grandes empresas siderúrgicas, hablamos de Sidenor, Tubos Reunidos, Tubacex o Arcelor, por poner solo algunos ejemplos, a las que la guerra comercial emprendida por Trump afecta de diferente manera. Por ejemplo, Tubos Reunidos, la más expuesta al mercado estadounidense –es el destino del 40% de sus ventas al exterior–, anunció pérdidas de 28,4 millones de euros en el primer semestre tras un impacto de 15 millones por los aranceles y está aplicando un ERTE entre la plantilla de su planta de Amurrio. Por contra, Tubacex cuenta con una importante capacidad productiva en el país norteamericano, una situación que le permite afrontar mejor esta situación. Otras acerías como Sidenor o las plantas vascas de ArcelorMittal están más enfocadas en otros mercados, como el europeo. Y en ese caso los efectos pueden ser indirectos.

Trump ya impuso aranceles del 25% al acero durante su primer mandato (2017-2021), aunque luego otorgó cuotas libres de impuestos a sus principales socios: México, Canadá y Brasil. La Administración Biden no llegó a derogarlos, pero extendió el sistema de cuotas al permitir la importación libre de hasta 3,3 millones de toneladas procedente de la Unión Europea. Ahora, el sector vasco reclama al bloque comunitario una medida similar para protegerse del acero procedente de otros países, principalmente, de China. El gigante asiático no termina de cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos, así que por el momento la incertidumbre se mantiene. Sin embargo, en Europa llevan meses temiendo una invasión de productos chinos. Y los primeros datos apuntan, precisamente, a un cambio en el flujo comercial. Según publicaba esta semana The New York Times, las exportaciones chinas a Estados Unidos han caído un 15%, pero han crecido hacia el Sudeste Asiático, América Latina, África y Europa.

“China compite directamente con nuestras empresas, que con el acuerdo comercial con Estados Unidos quedan claramente en desventaja competitiva”, advirtió hace unas semanas la patronal vasca, Confebask.

Las siderúrgicas temen que el acero de China que no pueda entrar en Estados Unidos rebote hacia Europa por vías indirectas, en concreto a través de Marruecos gracias al tratado de libre comercio existente entre el país magrebí y la UE. Esto ya está ocurriendo con los componentes de automoción. “Canadá ya nos ha tomado la delantera y ha establecido un sistema de cuotas de importación”, advierte San Millán, quien lamenta “la lentitud” de Europa. Esta fue una de las principales medidas de las que se habló en la mesa sectorial del lunes.

Al detalle

Exportaciones. El año pasado, el sector siderúrgico vasco exportó productos por valor de 385 millones de euros a Estados Unidos. Esto es más de una décima parte de sus ventas totales al exterior. Según Siderex, este año se han adelantado muchas ventas, en previsión de la llegada de los aranceles, por lo que la foto de las exportaciones a final de año puede no ser tan diferente a la de 2024.

Otros socios. Los principales socios comerciales de las empresas siderúrgicas vascas, por delante de Estados Unidos, son Alemania y Francia, que atraviesan también sus propias crisis internas. Habrá que ver, además, cómo les afecta la política arancelaria de Estados Unidos y qué repercusiones tiene, de rebote, para Euskadi.

Competencia china. El gigante asiático produce la mitad del acero del mundo, más de 1.000 toneladas anuales. La producción europea es de 140 millones de toneladas. Ante semejante volumen, el temor de las empresas europeas es que China desvíe los productos que no puede vender en Estados Unidos hacia la Unión Europea y que, una forma de hacerlo, sea Marruecos, sorteando las barreras. Esto ya está ocurriendo con los componentes de automoción.

Marruecos. Las empresas chinas están apostando por Marruecos como centro logístico para producir y exportar a Europa baterías para coches eléctricos, aprovechando su situación geográfica, su acuerdo comercial, sus recursos y un ecosistema de automoción ya existente en el país. La mayoría de estas plantas se están instalando en Kenitra, donde ya existe una industria automotriz, cerca de la planta de Stellantis.

Pero hubo más temas, como el energético. Las plantas siderúrgicas vascas son electrointensivas al ser de horno de arco eléctrico. “Necesitan, básicamente, chatarra y energía”, explica el director general de Siderex.

Es por ello que todo lo relacionado con la energía cobra especial importancia. “Para nosotros, el ámbito energético es estratégico”, constata San Millán, que enumera dos obstáculos en la materia para el crecimiento del sector: los costes y la potencia. En cuanto a la primera cuestión, apunta: “Nuestra factura a final de año es mayor que la de nuestros competidores europeos, que son Francia y Alemania. Ellos tienen mecanismos como exenciones fiscales, retoques de los peajes de acceso, una serie de medidas que abaratan su factura”. Y eso lastra la competitividad de las empresas vascas.

La otra cuestión que alimenta su desventaja es la potencia eléctrica y esto parece que esto está camino de resolverse tras el acuerdo alcanzado por Jauregi en Madrid. “Si queremos descarbonizarnos vía electrificación, necesitamos dotar de potencia suficiente a todos los núcleos industriales para poder producir. Y para ser competitivos y crecer hay que descarbonizar, básicamente”, subraya San Millán, que aplaude los más de 5.000 MW de potencia adicional que llegarán a Euskadi a través de inversiones en la modernización y ampliación de sus redes eléctricas.

Criterios

El Gobierno vasco fijó cuatro criterios para determinar los sectores que podrían verse más afectados por los aranceles: el impacto directo –las exportaciones a Estados Unidos–, el indirecto –como la competencia con otros productos que se desvíen hacia el mercado europeo–, la posición en la que queda la UE respecto a otros países o bloques –habrá que ver cómo queda la foto final arancelaria para calcular la situación– y la competencia local. Los dos primeros ya se han analizado. En cuanto al último, el director general de Siderex destaca que “Estados Unidos solo es capaz de producir el 60% de su demanda interna, el otro 40% la tiene que importar”, así que confía en que, en algún momento, Trump se replantee la situación.