El consejero de Hacienda y Finanzas del Gobierno vasco, Nöel d’Anjou, señaló hoy que es “absolutamente necesario” continuar con el impulso al fondo público Finkatuz, que cuenta con participaciones en diversas empresas, para contribuir al “arraigo” de empresas y empleo en “sectores estratégicos de la economía vasca”. D’Anjou indicó que su Departamento va a apostar por “acelerar” el apoyo a este mecanismo que articula el Instituto Vasco de Finanzas, pero señaló que el Ejecutivo “no va a entrar a gestionar empresas”, sino que estas deben contar con un modelo de gestión y un plan de negocio que garanticen competitividad.
El consejero de Hacienda participó en un coloquio organizado por Deusto Business Alumni en Bilbao, y donde se presentó un informe elaborado por la consultora económica Deloitte bajo el título ‘Retos y oportunidades de la economía en Euskadi’. A juicio de d’Anjou, el crecimiento del PIB en Euskadi en los últimos años “ha sido menor que el de regiones comparables” y necesita “ganar tracción”. Asimismo, el consejero destacó las capacidades de la Alianza Financiera Vasca para promover el desarrollo empresarial y el empleo en sectores como la automoción, la energía, la fabricación avanzada, la industria aeroespacial, el sector biosanitario y los servicios avanzados. “Vamos a reforzar todos estos sectores, así como la colaboración público-privada”, añadió el consejero, que remarcó que esperan contar para finales de verano con el plan de instrumentos de inversión incluido en el nuevo Plan de Industria. Ahí se incluyen ya 20 nuevos proyectos, de los cuales 10 son de iniciativa pública y la otra mitad corresponden a la promoción privada. Finkatuz ha movilizado ya 150 millones de euros desde su lanzamiento en el año 2022, con inyecciones de capital en CAF, Kaiku, ITP, Arania, Innometal y Ohmnia Electronics, y participa –junto a Sidenor, BBK y Vital– en la operación de Talgo.
El consejero abogó por un modelo de crecimiento que pase por el refuerzo de las pymes para que puedan ganar tamaño empresarial, así como el fomento de las transiciones ecológica y digital, la mejora de la coordinación institucional, el desarrollo de infraestructuras, el impulso de la internacionalización y el fortalecimiento de la cohesión territorial. D’Anjou señaló que es preciso que las empresas miren al exterior, así como mejorar en la atracción de la inversión extranjera directa. D’Anjou destacó que Euskadi “no espera a que lleguen los cambios”, sino que “toma la iniciativa”. “Que se prepara para competir en un mundo más exigente, más tecnológico, más sostenible. Y para ello, debemos arriesgar”, dijo.
El informe de Deloitte incide en algunos de estos aspectos. Amaia Quintana, socia de la consultora, señaló en su intervención la “solidez empresarial” de Euskadi, que convierte a la economía vasca “en una de las más prósperas”, pero alertó de los riesgos del “exceso de confianza” y la “autocomplacencia”. Por ello, el documento propone medidas en diversos planos, como mejorar la dimensión de las pymes para que ganen tamaño, mejorar la especialización productiva y la internacionalización de las empresas, además de mejorar la captación y retención de talento profesional. “Estamos produciendo mucho talento, pero que luego sale fuera y no vuelve”, indicó la analista, al tiempo que alertó de que “el peso del PIB vasco en el Estado está cayendo”.