“Lo que se almacena aquí es inteligencia artificial pura. Todo. Se ha convertido en parte de nuestra vida en los últimos 25 años. Podemos salir de casa sin cartera, pero no sin él”, ha ilustrado Alberto García Erauzkin, expresidente de Euskaltel e Innobasque mostrando su teléfono móvil a las 350 personas que han llenado el Zalla Zine Antzokia en el desayuno informativo organizado por la asociación empresarial Enkarterri Group.
Además de resumir el camino recorrido en la última década en la regeneración de la comarca, el programa ha ofrecido un debate sobre las cada vez más aceleradas grandes transformaciones a nivel global y expectativas de futuro en este panorama tan volátil en el que también han intervenido José Ignacio Zudaire, adjunto al CEO de Petronor y Presidente del Corredor Vasco del Hidrógeno, y Nuria Agirre, directora del Área de Personas y Medios de Laboral Kutxa.
Una manera gráfica la de García Erauzkin, quien ha recordado sus vínculos afectivos con la comarca, la de trasladar el mensaje de que “no debemos temer” a los avances tecnológicos, aun con sus peligros: “el no poder acceder, el uso que se realiza de información privada, la ética detrás de la programación” y con oportunidades “de facilitarnos la vida”. Retos, “la sostenibilidad ambiental, que equivale a rentabilidad a largo plazo”.
Competitividad empresarial y bienestar han de caminar juntas en este trayecto, ha apuntado José Ignacio Zudaire. Lo segundo sin lo primero “responde a un populismo que se está extendiendo y veo un grave error que nos está conduciendo a rechazar muchas cosas”. En el ámbito energético “prácticamente lo hicimos con todo: nuclear no, ciclos combinados no y ahora decimos renovables y líneas eléctricas no”.
¿La solución? Un modelo “sostenible que equilibre ambos parámetros” y derive en la progresiva disminución y erradicación de las emisiones contaminantes. “Si consumimos acero, pero no lo producimos, lo harán otros que emitirán más y se quedarán con los puestos de trabajo”, ha descrito. Así, “debemos ir hacia una descarbonización inteligente que no suponga desindustrialización sustituyendo las tecnologías otorgando tiempo para que maduren”.
Sobre esta línea, Euskadi “ha apostado y apuesta por la diferenciación y los datos de informes como los de Innobasque y el Instituto Vasco de Competitividad Orkestra lo avalan”, según Alberto García Erauzkin. Sobre más de 200 regiones europeas Euskadi ocupa “el tercio más alto”. “Somos un polo de excelencia, lo que significa territorio de alta innovación en un territorio que no lo es “, ha comparado. En cuanto a la digitalización, Euskadi se posiciona “mejor que la media” europea en la mayoría de los indicadores, así como “referente continental en cuanto a la presencia de mujeres y vanguardia en infraestructuras digitales”. Por su parte, la administración pública sobresale en “tratamiento electrónico del historial médico de las personas”.
Pero “no caigamos en la autocomplacencia”, ha pedido, para enumerar a continuación aspectos mejorables, como llegar hasta “el mundo de las Pymes, a las que cuesta más asumir esto, la inversión en innovación que no es I+D más allá de lo industrial”. O la necesidad de más personal especialista en tecnologías de la información y la comunicación y perfeccionar “lo relacionado con macrodatos”, así como “buscar información y colaboración”.
Precisamente, las personas protagonizan “los cambios que se producen en esta nueva era tanto en su rol de trabajadores como en el de consumidores”, ha valorado Nuria Agirre. En el ámbito laboral “exigen un salario acorde a las responsabilidades y entornos de calidad, sostenibles e inclusivos, que garantizan una igualdad, ya que no se puede disociar lo económico de lo social y medioambiental”. “Cada vez existen más competencias y posibilidades”, ha detallado, en una de las múltiples ocasiones en las que los ponentes han nombrado la palabra talento. “Democracia participativa, transparencia, solidaridad, diferencias salariales bastante más reducidas que en el mercado, igualdad, diversidad, inclusión, arraigo y sostenibilidad” guían la actividad de las cooperativas, ha puesto en valor.
Petronor, cuya trayectoria “ha corrido paralela a la evolución energética, del fueloil al gas natural (con Bizkaia asumiendo un papel pionero en los ciclos combinados) y ahora volcados en la transición hacia el hidrógeno”. El cambio de chip ha supuesto, además de “una cuestión medioambiental, un cambio de sector avanzando hacia el de la movilidad”, ha rebobinado José Ignacio Zudaire. Compaginado con la optimización que ha redundado en productos “más limpios” y menor consumo.
Hasta ahí “la primera gran transformación”. La segunda se enfocará hacia “emisiones netas cero utilizando como palanca la eficiencia, que conecta la cuenta de explotación con el medio ambiente”. Para lograrlo, se requiere un extra: “modificar la alimentación de materias primas y la gama de productos”.