El sector del automovilismo está avanzando de manera inexorable hacia la idea que se percibe sobre lo que van a ser los coches del futuro. CIE Automotive, grupo empresarial dedicado a la fabricación de componentes para la automoción que tiene la sede en Bilbao, está inmerso en este cambio que se está produciendo en la sociedad a nivel mundial.
“Estamos viviendo tiempos de mucha intensidad, de grandes cambios, donde muchas de las pautas tradicionales se han puesto en cuestión. Cierto que no es la primera vez en la historia de nuestra industria que hay cambios, pero lo que ocurre es que ahora se suman distintos factores cuyo alcance es desconocido, como la transformación tecnológica hacia la electrificación o la entrada de fabricantes chinos en nuestros mercados tradicionales”, señala la directora de Desarrollo Corporativo de CIE Automotive, Lorea Aristizabal.
Observando el panorama mundial con perspectiva, apuntan que la única forma de abordar un escenario de estas características tan complejas, y así es como lo entienden en CIE Automotive, “es fortaleciendo nuestra diversificación geográfica, comercial y tecnológica, flexibilizando nuestras decisiones estratégicas para adaptarnos a los cambios y manejando un mapa de riesgos bien ajustado en alcance y plazos”.
Situación complicada
Con una presencia mundial estando presentes en cuatro de los cinco continentes, la industria europea “no está en su mejor momento” ya que “está afectada por decisiones que se tomaron y que quizá no tuvieron en cuenta las dificultades de su implantación y las consecuencias para la industria”.
En esta dirección, Aristizabal expone que “hay que tener en cuenta que somos la única geografía donde la descarbonización viene de la mano de multas al sector en lugar de venir de la mano de incentivos, con unas legislaciones y objetivos difícilmente alcanzables”. Todo ello sin olvidarse de la competencia existente a nivel mundial ya que “si a esto le añadimos la amenaza que suponen los fabricantes chinos, la situación de la industria en Europa es francamente complicada”.
En una sociedad en la que el vehículo eléctrico ha llegado para quedarse y la adaptación está siendo paulatina existen algunos matices al respecto. Estos son el “impacto medioambiental en la cadena de valor de producción del vehículo eléctrico, redes eléctricas necesarias, dónde tiene sentido y dónde no la implantación masiva del vehículo eléctrico como medio de transporte, la necesidad de disminuir su precio, etc.”.
Para avanzar en este aspecto en una misma dirección es necesaria la colaboración público-privada a través de una “inversión masiva” en infraestructuras de recarga es el mínimo para que la demanda del vehículo eléctrico exista.
"Se suman factores cuyo alcance es desconocido, como la transformación tecnológica hacia la electrificación"
La directora de Desarrollo Corporativo de CIE Automotive identifica más factores que considera como “críticos: mejorar la capacidad y la durabilidad de la baterías, bajar el precio de los vehículos eléctricos hasta igualarlo a los precios de los vehículos de combustión, empatizar con la mentalidad del usuario final, etc.”. Por ello, “querer forzar la demanda sin tener una estrategia realista y alineada con las necesidades de la industria parece poco inteligente”, apostilla Aristizabal.
Retos a enfrentar
CIE Automotive, al igual que la industria, tiene claro el rumbo que debe adoptar el sector y cuáles son los grandes retos a enfrentar. “Por un lado, hay unos básicos como confort y seguridad. Pero también hay otras nuevas tendencias como conectividad, electrificación, sostenibilidad y automatización”. Para ello, quieren “los mejores vehículos para las necesidades concretas de cada consumidor”.
En los años venideros, los avances van a ser muchos. De hecho, algunos ya son una realidad mientras que otros como “un habitáculo confortable, cada día más conectado a nuestros dispositivos, con más sistemas de asistencia a la conducción que darán mayor autonomía al propio vehículo, etc.” están por llegar.
Para lograr estos objetivos, la inversión es clave. La industria de la automoción se encuentra “a la cabeza en inversiones de I+D+i”. En cuanto a la fabricación, la innovación y las novedades tecnológicas que han surgido en los últimos años ya están instaladas. El uso de la tecnología en el habitáculo es otra de las incógnitas.
No obstante, “tiene fuerte implantación también, con sistemas de ayuda a la conducción cada vez más normalizados pero aún con mucho recorrido, seguro que la IA será parte de esos avances”.