El precio del barril de crudo, tanto en su variedad Brent como West Texas Intermediate, repuntó ayer hasta niveles máximos desde finales de septiembre ante la incertidumbre sobre la situación en Oriente Próximo. En concreto, el barril de petróleo Brent, de referencia para Europa, llegó a encarecerse hasta los 93,47 dólares, frente a los 92,38 dólares del cierre del jueves.

De su lado, el crudo West Texas Intermediate, de referencia para Estados Unidos, subió hasta los 90,78 dólares por barril desde los 89,37 dólares del jueves. De este modo, el precio del barril del Brent alcanza niveles ligeramente superiores a los registrados hace un año, mientras que en el caso del WTI el coste es alrededor de un 5% superior al de las mismas fechas de 2022.

No obstante, según los expertos el precio del barril de petróleo Brent oscilará entre los 85 y 95 dólares a corto plazo, concretamente hasta fin de año, aunque quedará sujeto a “una alta volatilidad que pueda provocar salidas puntuales de esta horquilla”.

Estas previsiones se deben a la posible implicación de Irán en el conflicto entre Israel y Palestina, a lo que se suman los futuros movimientos que puedan tomar la OPEP+ y Arabia Saudí en reacción a este suceso y los continuos reajustes en la economía de Estados Unidos, según los expertos de la consultora energética Tempos Energía. Para el director general de Tempos Energía, Antonio Aceituno, el reciente ataque del grupo islamista palestino Hamás a Israel representa uno de los riesgos geopolíticos “más importantes para el mercado del crudo desde la guerra de Ucrania”. A diferencia de Rusia, Israel tiene una producción energética muy modesta, pero en este caso existe el riesgo de que la guerra se extienda a los principales productores de energía de Medio Oriente y pueda afectar a los flujos de petróleo y gas, los cuales representan una tercera y quinta parte del comercio mundial.

Volatilidad

Aceituno apuntó a que lo más probable es que las hostilidades queden confinadas en gran medida a Gaza e Israel, las cuales podrían extenderse a Líbano y Siria, lo cual va a provocar volatilidades en los precios y, en el peor de los casos, se contemplaría una interrupción en el Estrecho de Ormuz, una acción que perjudicaría seriamente a los aliados de Irán. “Si lo anterior se llegara a producir, el Brent tendría herramientas suficientes para perforar la cota de los 120 o incluso 150 dólares por barril, aunque rápidamente comenzaría a dañarse la economía global”, apuntó Aceituno.