La costera de bonito avanza a "buen ritmo" tras haberse consumido ya un 78 % de la cuota asignada para este 2023, lo que hace prever que el final de la campaña "no se alargará más de dos o tres semanas".

La flota artesanal vasca hace un balance positivo de la pesquería en cuanto a volumen de capturas, lo que vuelve a demostrar la "buena situación" del stock del bonito del norte, si bien señala como "nota negativa" los precios a los que se paga el pescado.

De media, "el precio está siendo un 25 % inferior al año 2022 y es el más bajo registrado en Gipuzkoa en los últimos siete años", según ha informado este lunes en un comunicado el centro Itsas Etxea Kofradia, con sede en el Puerto de Donostia.

Según sus datos, este lunes se han vendido cerca de 400 toneladas de este pescado en las lonjas de Euskadi.

De esta manera, el final de la costera de bonito parece que está cerca tras haberse consumido ya un 78 % de la cuota asignada (18.605.420 toneladas).

Istas Etxea adelanta que la pesquería podría terminar en dos o tres semanas, aunque advierte de que en la mar "todo puede cambiar de un día para otro".

Por el momento, la flota de cebo vivo faena a distancias lo suficientemente cercanas como para poder hacer mareas cortas y volver a descargar, en la mayoría de los casos, a las lonjas de Euskadi.

Para la flota de cacea, por el contrario, el bonito se encuentra algo más alejado este año, lo que hace que las mareas tengan que ser más largas y no siempre puedan realizar sus descargas en puertos vascos.

El bonito de bajura, pescado uno a uno, se puede identificar en las pescaderías con facilidad gracias a la etiqueta de Eusko Label que garantiza la calidad del producto, así como su trazabilidad.

Además, cuenta con el sello MSC de sostenibilidad de mayor prestigio a nivel internacional que acredita que la explotación y pesca de este recurso pesquero se hace con todas las garantías de selectividad y bajo impacto medioambiental y garantiza la continuidad y supervivencia de la especie a largo plazo.