Un día después de anunciar su decisión de subir medio punto más los tipos de interés hasta el 3,5%, el Banco Central Europeo se reunió este viernes de urgencia para discutir el estrés en el sector bancario después de la volatilidad de los mercados, tras el rescate del First Republic Bank, los problemas del Credit Suisse y la quiebra del Silicon Valley Bank. Y la conclusión principal de su Consejo de Supervisión es que no hay riesgo de contagio para la zona euro por la crisis de Credit Suisse y la banca de Estados Unidos. “El Consejo de Vigilancia se reúne para intercambiar puntos de vista y proporcionar a los miembros una actualización sobre los desarrollos recientes en el sector bancario”, señaló un portavoz del BCE.

Reuniones como la del viernes fuera de agenda son muy habituales en este órgano cuando se producen situaciones extraordinarias de volatilidad y tensión. De hecho, los máximos responsables de la supervisión bancaria de la Eurozona ya se reunieron a principios de semana para analizar la situación. Y, como es habitual en este tipo de encuentros, no ha habido posteriormente un comunicado o decisión. Un día antes, el máximo órgano del BCE se reunió y emitió un comunicado con su decisión de subir los tipos de interés con el objetivo de poner coto a la inflación.

Mientras, la tormenta desatada por la crisis bancaria continuó este viernes. Así, las acciones de Credit Suisse cedieron un 8,1% al término de la jornada de cotizaciones en la Bolsa de Valores de Zúrich, lo que muestra que el respaldo que ha recibido del Banco Nacional de Suiza no ha sido suficiente para calmar a los mercados financieros y devolver la confianza a los inversores. Los mercados están también alterados por la situación de la banca estadounidense, que ha acudido al rescate del banco First Republic, al que han facilitado 30.000 millones de dólares para reforzar su liquidez y evitar un escenario de catástrofe, tras la quiebra reciente de dos entidades financieras.

Lo que debió ser una jornada de estabilización se convirtió de nuevo en una sesión bursátil llena de tensiones y la acción de Credit Suisse volvió a situarse por debajo del umbral histórico de 2 francos suizos, cerrando la semana a 1,86 francos. Las incertidumbres alentaron entre los analistas todo tipo de especulaciones, entre las que destaca como una de las más repetidas una eventual escisión de la entidad financiera que permitiera separar a la unidad que gestiona sus operaciones para el mercado suizo, la que mejor marcha en el banco actualmente.

Otra posibilidad sería la separación de la unidad de gestión de fortunas y su traspaso a UBS, competidor directo de Credit Suisse y primer banco de Suiza por valor de mercado, mientras que la unidad de gestión de activos y su banca de inversiones –la que mayores problemas ha dado– podrían separarse de la entidad o disolverse, según el diario Financial Times.

Credit Suisse perdió el miércoles un cuarto de su valor en bolsa y el jueves recuperó un 19%, tras asegurarse un préstamo de más de 50.000 millones de euros del Banco Nacional de Suiza. No obstante, el rebote no ha durado mucho y ha cerrado la semana no sólo con pérdidas, sino también con una nueva demanda judicial colectiva por parte de inversores en Estados Unidos, que alegan que el banco suizo les ocultó sus problemas financieros.