La conexión nos hace cómplices, socios de negocio o amigos del alma. Nos convierte en compañeros de viaje, en equipo solvente, en socios de un club que comparte las mismas necesidades, deseos y fines. Fue Umberto Eco quien nos dijo que internet es como un gran inventario (de información), pero no constituye en sí misma la memoria. No es la memoria, claro que no. Pero si permite a los seres humanos un intercambio feliz.

De todo ello se habló en el Palacio Euskalduna, de los poderes de la conectividad en una mesa redonda moderada por la directora de DEIA, Marta Martín, y en la que tomaron la palabra dos gestores de gran calado como el director de Telefónica Euskadi, Javier Benito, e Imanol Pradales, diputado Foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial. El primero de ellos habló del hermoso desafío de “conectar personas”, de la velocidad de fibra óptica (a 200.000 kilómetros por segundo sobrepasa el umbral de la supersónico...) o de la llegada a los puntos más remotos. Imanol se sumó al diagnóstico con la necesidad de Bizkaia de colorear las zonas blancas, del intento de suturar la brecha digital, del propósito de alcanzar la cohesión territorial, el equilibrio y la igualdad entre otras cuestiones.

De todo ello se habló con dos ejemplos por delante en la jornada organizada entre DEIA y Telefónica y bautizada con el nombre Conectividad, un eje vertebrador de Bizkaia. ¿Ejemplos, les decía? Los de Sandra Aras, alma, corazón y vida de la explotación ganadera Ametsleku (Karrantza) que habló, entre otras cosas, del ordeño voluntario, y Alberto Agirrebeitia, impulsor, entre otros, de la casa rural y alojamiento ecológico Lurdeia, allá en Bermeo, quien alabó la capacidad de llegar a medio mundo para ofrecer sus servicios.

Testigos de todo cuanto les cuentos fueron el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés, Kike Hermosilla, Aitziber Jauregi, Gorka Estevez, Alex Bidetxea, Ana Flórez. Gorka Garrido, Kirru Artea, Klara González Pereda, Natalia Salas, Eva Isla, Elena Masalleras, Mónica Conde, Carlos Oliben y un buen puñado de gente interesada en cómo conectarse bien.