Teletrabajo como fórmula para ‘alargar’ las vacaciones

LOGROÑO

– El denominado workation, la modalidad de teletrabajo desde el destino vacacional habitual, “aporta un salario intangible” para el empleado, pero exige cambiar una cultura laboral basada en el “presentismo”, asegura a Efe el experto en riesgos laborales Iván Fernández. Este profesor del Máster en Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) considera que esta nueva modalidad es efectiva con “una buena planificación” y tiene numerosas ventajas para los empleados, “siempre que se organicen de una forma adecuada”. Así, la empresa ofrece al empleado “flexibilidad” para trabajar desde su lugar habitual de descanso, lo que le permite “ampliar un poco la sensación de vacaciones”, siempre que aproveche para “disfrutar” en su tiempo libre, indica.

Sin embargo, el “presentismo” está muy anclado en el el modelo laboral español, “donde es más importante estar, que hacer”, subraya. La pandemia, con la imposición del teletrabajo durante los meses de confinamiento, permitió romper el tabú de esta modalidad laboral y se comprobó que muchas empresas funcionaban “perfectamente” con los trabajadores en su casa.

FLEXIBILIDAD HORARIA

En este sentido, es fundamental contar con un buen medio de conexión digital para poder trabajar, pero gracias al desarrollo de la tecnología en los últimos años ya es algo que se puede hacer con un teléfono móvil dotado de 5G.

Aunque este experto reconoce que no todos las tareas pueden realizarse mediante el teletrabajo, en la mayoría de ellos se pueden desarrollar algunas de las tareas desde casa o el lugar vacacional.

“El teletrabajo se va a acabar imponiendo. Durante la pandemia, se creó la necesidad y se aceleró el proceso de implantación de esta modalidad, que facilita la conciliación, evita desplazamientos, reduce la contaminación y ahorra costes”, indica.

En su opinión, el principal objetivo de una empresa debería ser cuidar a todos sus recursos humanos, de modo que el teletrabajo, ya sea desde el hogar habitual o una segunda residencia, puede ejercer como “un salario emocional” y lograr que se aumente la productividad. Fernández cree que la implantación de estas nuevas modalidades, más frecuentes en los países nórdicos, ya forman parte de muchas culturas empresariales. A juicio de este consultor, “el valor de una empresa se puede ver resentido si no se actualiza con las nuevas tendencias, porque sus trabajadores huyen hacia jornadas más flexibles”. l