El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, informó ayer lunes a la secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen, de la decisión de la Comisión Europea (CE) de suspender los trabajos sobre el impuesto digital comunitario, la denominada tasa Google, mientras concluyen los preparativos para aplicar el acuerdo fiscal global, respaldado el sábado por el G20.

"Informé a la secretaria Yellen sobre nuestra decisión de dejar en suspenso la propuesta de la Comisión sobre un impuesto digital para permitirnos estar concentrados, trabajando mano a mano para completar la última etapa de este acuerdo histórico", declaró el político a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) que se celebró en Bruselas. En esa cita, los ministros de la eurozona y del resto de la Unión Europea mantuvieron un debate con Yellen, centrado en la recuperación de la economía.

Sin embargo, antes del Eurogrupo Gentiloni ya tuvo un encuentro con la secretaria del Tesoro en el que transmitió la decisión de Bruselas de retrasar los trabajos relativos al impuesto europeo sobre las grandes empresas digitales, que iba a funcionar como recurso propio para financiar el presupuesto de la Unión Europea y que la CE preveía presentar este mes. El pasado 1 de julio, 130 países y jurisdicciones de los 139 que forman parte del llamado marco inclusivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se sumaron a un acuerdo que abre la puerta a una nueva fiscalidad de las multinacionales, que lo tendrán más difícil para alojarse en paraísos fiscales y evitar pagar impuestos.

Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 respaldaron ese pacto el sábado durante una reunión en Venecia (norte de Italia), pero para poder implementarlo aún se deben completar una serie de trabajos técnicos.

El objetivo es haberlos concluido para octubre y, con el objetivo de concentrarse en ese proceso, Bruselas ha optado por aparcar su propia tasa digital.