La apertura el miércoles del Canal de la Mancha no ha aliviado el tráfico en la frontera entre Reino Unido y Francia y mantiene a miles de transportistas atrapados en Dover. DEIA contactó el miércoles con José Ramón Irazabal, un autónomo vizcaino, afiliado al sindicato Hiru, que lleva desde el lunes bloqueado a 15 kilómetros del puerto del que salen los barcos y los trenes que unen Gran Bretaña con el continente.

Irazabal tenía programado subir su camión al tren el lunes, pero el miércoles seguía formando parte de una cola que “igual llega a Londres”, a 80 kilómetros de distancia. Lo peor es la incertidumbre: “Aquí nadie dice nada, pero desde casa me comentan que van a hacer test PCR del covid para entrar en Francia. Seguimos esperando y, ¿qué pasa si das positivo? No quiero ni pensarlo”.

La reapertura del tráfico en el Canal de la Mancha el miércoles, tras 48 horas de cierre por la aparición de una nueva cepa del coronavirus, provocó escenas de caos a ambos lados de la frontera franco-británica, por la escasez de los test que exigen las autoridades galas.

Las principales escenas de tensión se vivieron en el lado británico, donde se agolpan desde hace cuatro días miles de camioneros, que vieron con frustración cómo el anuncio de la apertura de la frontera no se hacía efectivo por la falta de diagnósticos.

Reino Unido no estaba preparado para esta crisis y los camioneros atrapados lo están sufriendo. “No tenemos servicios, han traído unas casetas de plástico, ¿pero quién entra ahí? Estamos haciendo las necesidades en la cuneta”, relata Irazabal.

Tampoco hay forma de abastecerse de comida. La Policía les llevó el primer día una botella de agua. La cena del martes fue alubias con arroz y la comida del miércoles, un sandwich, coca cola, naranja y una chocolatina. Lo que más escasea en cualquier caso es la información.

“¿Previsiones para volver a casa? Ni idea. Me llama la familia desde Elorrio, y comentan lo que escuchan en la radio. Pero movimiento cero, estoy aquí desde el lunes a la tarde y ayer [por el martes] a las seis de la mañana, policía y bomberos, con las sirenas encendidas nos dijeron que arrancáramos. Hasta que movimos el camión pasaron dos horas y avanzamos 300 metros. Y luego cero, ezerez, ezerez. Sin noticias, nada, y esto es terrible además en las fiestas en las que estamos”, indica.

José Ramón Irazabal “apuesta” a ciegas, aunque lo duda, por llegar a lo largo de este jueves a Francia y que les dejen “circular el viernes aunque sea festivo”. En ese caso llegaría a Euskadi para comer el día de Navidad.

SItuación límite

En su condición de autónomo ha tenido que cancelar un viaje previsto para el próximo lunes con el mismo itinerario. El bolsillo se va a resentir. Sin embargo, lo que más le “fastidia es no llegar a casa para la Nochebuena”. “Estamos como en un campo de concentración, hay que vivirlo, no se puede contar”, dice.

Además tiene dudas sobre la causa real del bloqueo, porque siguen entrando camiones en el país británico, que luego se suman a la cola kilométrica y sospecha que Londres está siendo permisivo para evitar el desabastecimiento después de que se haga efectivo el Brexit el próximo 1 de enero.

Irazabal transporta componentes de automoción, una de las industrias que se verá más afectada si el Brexit no se cierra con un acuerdo comercial entre la Bruselas y Londres.

Este camionero vizcaino salió el sábado de Elorrio y todavía no sabe cuándo regresará. “Está lloviendo, estoy en la cabina todo el tiempo, y tengo que arrancar el camión cada dos por tres para no quedarme sin batería”, afirma. Con todo se felicita de que no haga frío, porque “si te pasa algo aquí estiras la pata”.

El colapso puede durar varios días porque el tráfico del canal permite el paso de 150 camiones cada hora, Por ello Irazabal ironiza con que le ha “tocado el gordo”.

Tras la apertura del Canal de La Mancha, los primeros camiones llegaron a Calais sobre las 3.30 horas local de ayer, mientras que el tráfico de los trenes lanzadera no comenzó hasta las 8.00 horas.

El tráfico de los trenes para pasajeros, con destino a París pero también a Bélgica y Países Bajos, se retomó durante la noche del martes aunque algunas conexiones fueron canceladas por las compañías y muchos viajeros tuvieron que anular sus billetes por no disponer todavía de un diagnóstico.

Fuentes de la Prefectura del Norte de Francia indicaron a Efe que el tráfico en las autopistas que enlazan con la Mancha era ayer por la mañana fluido, dentro de la situación de bloqueo, tras la llegada de los primeros camiones. La clave para aligerar la situación es acelerar los test de diagnóstico del covid y para ello el Ejército británico se unió al personal sanitario del país.

Por su parte, el ministerio británico de Transporte (DfT, en inglés) informó de que más de 5.000 camiones están aparcados en una instalación cercana a Dover donde han empezado a hacerse los test.

“Pedimos a los camioneros que no viajen hasta nuevo aviso mientras trabajamos para aliviar la congestión en los puertos. Las pruebas han empezado”, señaló el DfT en un comunicado.