El Tribunal Supremo ha rechazado anular los despidos de los 174 trabajadores de La Naval, desestimando el recurso presentado por varios sindicatos a la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) de hace más de un año. Queda resuelto así, tras un largo proceso judicial, uno de los frentes pendientes a la hora de traspasar los activos a inversores interesados.

A finales de septiembre la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, explicaba en una entrevista en DEIA que los inversores con los que ha tenido contactos el Gobierno vasco no han dado el paso de asumir un nuevo proyecto industrial en el astillero y que, por tanto, el futuro de La Naval va camino de despejarse con el "peor de los escenarios posibles".

VENTA POR LOTES

Precisamente la existencia de recursos judiciales a los despidos de los extrabajadores era uno de los obstáculos para la entrada de un inversor dispuesto de seguir construyendo barcos, tal y como había advertido la propia Tapia y venía defendiendo también el administrador concursal. A estas alturas no parece que nada vaya a cambiar y, en ese sentido, el concurso de La Naval desembocará en una venta de los activos por partes para sanear deudas.

Entre otros argumentos, el Supremo deniega el recurso sindical al no observar la existencia en este caso de grupo de empresas. El Alto Tribunal entiende en el auto, al que ha tenido acceso DEIA, que la situación económica de La Naval era lo suficientemente grave como para tener como única salida la extinción de todos los contratos sin que concurran las circunstancias que han llevado a anular despidos en otras empresas en quiebra.

Los sindicatos que recurrieron los despidos (ELA, CAT y CC.OO.) tienen aun abierta la puerta del Constitucional y de la justicia europea, aunque aun no se ha aclarado si seguirán adelante con la batalla jurídica. Cuando la sentencia sea firme los 174 afectados podrán cobrar las indemnizaciones de despido.