- La industria es el santo y seña de la economía de Euskadi pero en estos momentos sectores claves en el tejido empresarial vasco como, por ejemplo, los de automoción y aeronáutica no pasan por su mejor momento, reconoce Fran Azpiazu.

La industria de automoción pasa por un momento complicado y los mensajes de responsables públicos cuestionando el diésel, abogando por más presión fiscal y por la limitación del coche con campañas como los 30 kilómetros por hora, no ayudan a la confianza del consumidor.

—El automóvil es el sector industrial fundamental para el País Vasco, un territorio que cuenta con una importante industria auxiliar. Por ello tenemos que mimar al sector del automóvil de una manera diaria y permanente porque nos va el futuro económico del País en ello. Yo solicito a los responsables públicos mensajes claros de apoyo al sector, mensajes que no supongan una desorientación para los consumidores y posibles clientes de sus productos. Y que, por favor, nos pongamos de acuerdo en que este sector es fundamental de cara al futuro de Euskadi por lo que es preciso que hagamos todo lo posible, con medidas y mensajes de apoyo, para mantener un sector que es y va a ser clave en la recuperación.

Los mensajes sobre cambios en la fiscalidad tampoco ayudan.

—Es verdad que de esta crisis vamos a salir con más deuda y habrá que pagarla pero no tenemos que salir con más impuestos. En estos momentos no toca la subida impositiva y cualquier tentación de subir la presión fiscal ahora no va a suponer una ayuda a la recuperación. De la fiscalidad se está hablando de una manera muy ideológica más que con datos. Me quedo perplejo cuando oigo que tiene que pagar más el que más gana y que la fiscalidad tiene que ser progresiva etc como si eso no fuese una realidad en los territorios forales vascos. Veamos la realidad. Tenemos unos tipos marginales máximos en renta del 49%, tanto en la CAV como en Navarra, y son más altos que en el Estado. En Euskadi, el que más tiene más paga, por eso los tipos van desde el 23 al 49%, por lo tanto la progresividad fiscal, además de aparecer en la Constitución, es una realidad en Euskadi desde siempre. No por subir los tipos fiscales vamos a incrementar la recaudación. Y pruebas hay en muchos países cercanos que, curiosamente, para intentar ayudar a salir de la crisis han planteado rebajas impositivas y estoy hablando de Italia, de Francia o de Alemania. Necesitamos una fiscalidad que atienda a la competitividad de las empresas y cualquier reflexión que hagamos tiene que tener eso en cuenta. Ahora las empresa tienen que jugar un papel fundamental en la recuperación de los próximos meses. Yo pido a los responsables políticos e institucionales que pongan a las empresas en el foco porque sin empresas no hay empleo, no se genera riqueza, ni forma de repartirla. Para justificar la necesidad de las subidas de impuestos se señala que en España se recauda poco en relación al PIB en comparación con otros países europeos pero siendo eso verdad no se tiene en cuenta dos aspectos claves. Primero, que el desempleo es mucho más alto en el Estado que en Europa, el doble, y segundo, que el peso de la economía sumergida es muy alto, se calcula en España un 20% del PIB, y simplemente controlando esto, sin tocar los tipos, se recaudaría 6 o 7 puntos más del PIB.

¿Cree que una contra-reforma laboral sería positiva?.

—Hay que dejar claro una cosa. Las consecuencias de la crisis de 2008 en el empleo no han tenido nada que ver con las sucesivas reformas laborales de los Ejecutivos de Zapatero y Rajoy. La caída del empleo en esos años no tuvo que ver con la reforma laboral sino con una realidad como fue la importante reducción de la demanda y de la actividad económica, lo que implicó cierres de empresas y ajustes. Necesitamos políticas activas de empleo eficaces, necesitamos flexibilidad, sobre todo organizativa, en las empresas. A mayor rigidez, más dificultad en la gestión empresarial. Estableciendo rigideces en la capacidad del empresario para gestionar su empresa sólo se va a poner más dificultades a la viabilidad de la misma. Las rigideces están directamente reñidas con la pervivencia empresarial y no ayudan a salir de la crisis.

“No es momento de subir los impuestos. Euskadi ya tiene en renta los tipos más altos del Estado con el 49% y son progresivos”

“Una reforma laboral en la línea de aumentar rigideces y eliminar la flexibilidad de las empresas va en contra de la recuperación”