- Desde el punto de vista personal, para Arantza Matías, que lleva el comercio en su ADN, ver todos los negocios del Casco Viejo cerrados fue tristísimo. "Era una foto horrible, que nos debe de hacer reflexionar sobre lo que es una ciudad sin comercio; por eso hay que cuidar más que nunca lo local", sostuvo la gerente de Rafael Matías Tejidos.

Reconoce que nadie fue capaz de visualizar dos días antes de cerrar las puertas de su negocio, la que se avecinaba. "Nosotros pudimos permanecer atendiendo la venta al por mayor y on line, pero hicimos una reunión por videoconferencia con todos los trabajadores y conjuntamente se decidió que el 50% de la plantilla iría al ERTE; el liderazgo en una empresa es importante, pero el compromiso de los trabajadores también, como ha ocurrido en nuestro caso", subrayó con satisfacción.

Reconoció que nunca habían teletrabajado y con el coronavirus empezaron con los trabajadores de administración. "El mes de abril fue de una terrible soledad y el 4 de mayo abrimos, pero ha sido horrible, con respecto al año pasado. Hemos reforzado la venta on line, porque el comercio electrónico ha venido para quedarse. También nos hemos reinventado y hemos variado nuestra oferta. Durante el confinamiento nos pusimos a confeccionar mascarillas y ahora nuestra principal venta es tejido para estos productos sanitarios y otros", explicó. "Hemos dejado atrás los tejidos de moda para comuniones, bodas y eventos, para centrarnos en las mascarillas, incluso realizamos colecciones de estampados para mascarillas", añadió sonriente.

Porque Arantza Matías es consciente de que tienen que ser receptivos con lo que demandan los clientes. Y citando el epílogo de Por quién doblan las campanas, la comerciante bilbaina reconoció que nadie se mantiene por sí mismo, "todos necesitamos algo de alguien en algún momento y ha quedado más palpable ahora tras una crisis lapidaria; formamos parte del entorno global", añadió.

En este sentido abogó por la colaboración con las instituciones para salir de la situación en la que nos encontramos. "Les pediría solidaridad y medidas efectivas; es cierto que se han activado pronto, pero son principalmente de endeudamiento y un poco peligrosas si no hay iniciativas de tipo tributario de por medio", sostuvo, al tiempo que se refirió también al compromiso de la sociedad.

"Es cierto que la venta on line ha venido para quedarse, pero las tiendas físicas son imprescindibles para crear comunidad, sociedad y ciudadanía. Esto son las ciudades". Esta es una de las lecciones que, a su entender, tendríamos que haber aprendido tras los meses de confinamiento.

"Ver todos los comercios bilbainos clausurados ha sido una fotografía terriblemente triste, a no olvidar; fue como si el mundo se hubiera vaciado. Por eso, ahora se debería tender a un consumo responsable en los negocios locales, que también se han adaptado o están haciéndolo en venta on-line, porque no nos queda más remedio para salir adelante", remarcó.