Las oficinas de Lanbide volvieron a abrir sus puertas ayer tras dos meses y medio en los que la atención se ha limitado a la página web del Servicio Vasco de Empleo. La atención presencial se recupera con el sistema de cita previa, de forma que los usuarios van entrando a la oficina de forma escalonada para mantener la distancia de seguridad. La mayor parte de las visitas siguen teniendo por objetivo la solicitud de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), explicaron los trabajadores de Lanbide, que recibieron ayer también numerosas consultas en torno a las ayudas surgidas a raíz del coronavirus, en especial el Ingreso Mínimo Vital del Gobierno español.

Juan Carlos Castillo, responsable de la oficina de Santutxu, puso en valor “la normalidad” y la “ausencia de incidencias” con que se desarrolló la jornada de ayer. El estreno pos-covid-19 coincide además con el inicio del horario de verano, por lo que la atención se concentra de 8.30 horas a 13.30. Cinco horas en las que los nueve trabajadores de Lanbide en el populoso barrio bilbaino prestaron servicio a unas 90 personas, explicó Castillo a este periódico poco antes de concluir ese primer día de puertas abiertas.

Aunque hubo oficinas que sí registraron algunos desajustes a la hora de conceder citas, en el caso de Santutxu todo funcionó correctamente, según Castillo, de forma que la espera fue incluso más corta de lo habitual. Los propios trabajadores de Lanbide reconocían ayer que el sistema de cita previa puede facilitarles la labor. “Creo que sería bueno que la cita previa haya llegado para quedarse”, señalaba Castillo, que remarca que en el caso del Sepe, que comparte oficinas con Lanbide (el servicio de empleo estatal retomará la atención presencial próximamente), la implantación de la cita previa hace unos años ha tenido un impacto positivo en el día a día.

“Hemos tenido bastante trabajo toda la mañana, pero más controlado que antes. Salvo un pequeño problema informático a primera hora hemos trabajado a buen ritmo”, valoraba a DEIA Javier Anabitarte, trabajador de Lanbide, que se confiesa también más cómodo bajo el sistema de cita previa. A lo largo de la mañana atendió sobre todo peticiones de tramitación de la RGI, según explicó, así como algunas cuestiones relativas a las nuevas ayudas que se han puesto en marcha desde las distintas administraciones para hacer frente a la crisis económica provocada por el covid-19. Al otro lado de la mampara, María acaba de concluir sus gestiones. Dice que la atención ha sido correcta con medidas de seguridad “suficientes y adecuadas”. En la entrada, el personal de seguridad dispone de una lista con las citas del día y va llamando a las personas por orden. Al entrar, el usuario, siempre con mascarilla, debe lavarse las manos con gel y esperar brevemente antes de ser atendido. La propia sala de espera cuenta únicamente con tres asientos disponibles para mantener la distancia de seguridad. En las mesas se han instalado mamparas de metacrilato para evitar contagios entre el personal de Lanbide y los usuarios.

Aunque las 42 oficinas del Servicio Vasco de Empleo vuelven a retomar la actividad presencial, el Departamento de Empleo del Gobierno vasco mantiene su intención de sacar adelante la mayor carga de trabajo posible por vía telemática y telefónica. “El objetivo es que coincida el menor número de personas posible en las oficinas y se reduzcan los tiempos de espera”, señalaba ayer la consejera Beatriz Artolazabal.

En ese sentido, es posible hacer por vía telefónica o a través de la página web de Lanbide tanto la inscripción como demandante de empleo como la tramitación de la baja si se ha firmado un contrato laboral. También otras gestiones como apuntarse en una oferta de trabajo o en un curso formativo siguen siendo accesibles a través de Internet. Lanbide ha suscrito un acuerdo con KZ Gunea para que aquellas personas que no dispongan de Internet en su domicilio puedan hacer los trámites en estas oficinas.

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Lo lógico, explican desde Lanbide, es que la mayor parte sean cursos mixtos que combinen presencia en el aula con trabajo desde casa a través de Internet. La formación y el reciclaje de personas desempleadas es crucial en estos momentos de grandes dificultades para muchas empresas a causa del covid-19. Hoy se conocerá el dato de paro del mes de mayo, con el que, sumado a los fuertes incrementos de la segunda mitad de marzo y de abril, ya se podrá trazar un parte de daños sociolaboral más ajustado y se podrá intuir hasta dónde llegará el destrozo en el mercado de trabajo.

Para hacer frente al contexto social que se avecina el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado el Ingreso Mínimo Vital, una nueva ayuda equiparable a lo que en la CAV es la RGI. Se ha pactado que sea Lanbide el organismo que gestione esta ayuda en Euskadi, siempre de forma compatible con la renta de garantía vasca. El anuncio del Gobierno español ha levantado expectativas, aunque también dudas, en Euskadi, de forma que parte de las consultas realizadas ayer estaban enfocadas a esta cuestión.

“Sí es verdad que los ciudadanos empiezan a pedir información sobre esa nueva ayuda, pero no sabemos nada todavía. Acaba de ser publicada en el BOE y no tenemos instrucciones precisas sobre cómo se articula con la RGI”, explicaba ayer el responsable de la oficina de Lanbide en Santutxu.

Lo que se ha adelantado es que la nueva ayuda se moverá entre los 460 y los 1.000 euros, de forma que en muchos casos quedará por debajo de la RGI vasca. Eso supone que, a efectos prácticos, muchos perceptores de la RGI no verán modificada su situación. El Gobierno vasco ya ha explicado que quienes puedan acceder a ambas ayudas no deben realizar ningún trámite. Quienes puedan cobrar la ayuda española pero no la vasca (en el primer caso solo se pide un año de residencia y no tres como en la RGI) deberán solicitarla en Lanbide a partir del próximo día 15.

“Hemos tenido bastante trabajo pero de forma más controlada y ordenada que antes”

Trabajador de Lanbide

“La atención ha sido buena. Las medidas de seguridad me parecen las adecuadas”

Desempleada

“Sería bueno que el sistema de cita previa haya llegado para quedarse”

Responsable de la oficina de Santutxu