-Si los mercado bursátiles anticipan la situación económica de los próximos meses, la situación no es nada halagüeña porque las Bolsas se hundieron ayer más de un 14%, en lo que representa la mayor caída de la cotización del Ibex-35, el principal indicador de la bolsa española, en toda la historia. El avance del coronavirus hasta un punto de pandemia mundial y las medidas restrictivas a la circulación de personas por diferentes gobiernos en el mundo arrastraron por los suelos a los mercados sin que la inyección de dinero anunciada por el Banco Central Europeo, más de 120.000 millones de euros, lograse tranquilizar a los grandes inversores.

Había expectación por ver las decisiones del BCE. La entidad que controla Christine Lagarde anunció un paquete de medidas para tratar de atajar la crisis del coronavirus que decepcionó a los mercados.

Los nuevos estímulos incluyen una nueva barra libre de liquidez, compras de activos por 120.000 millones de euros que complementarán a las actuales y una flexibilización de las normas de capital y de liquidez de la banca.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, la facilidad de depósito continuará en el -0,5%, y entre eso y que el organismo monetario también rebajó las previsiones de crecimiento de la zona euro, los mercados bursátiles se hundieron tras conocer que la epidemia se extiende por Europa y que Estados Unidos prohibía los vuelos desde el Viejo Continente.

Con el turismo y la demanda interna hundidos, con el petróleo bajo mínimos -lo que lastra las posibilidades de compra de productos y servicios de los países productores-, y con las cadenas de fabricación occidentales interrumpidas por la falta de suministros chinos, las previsiones económicas a corto plazo no son buenas. Y la Bolsa lo notó.

Y bien que lo notó. El derrumbe adicional en Wall Street, las medidas menos contundentes de lo esperado del BCE, sin margen para rebajar los tipos como Estados Unidos o Reino Unido, y las medidas extraordinarios de los Gobiernos para detener el virus que pasan por menos libre circulación de personas, aceleraron el hundimiento en las Bolsas europeas. El Ibex se desplomó un 14,06% hasta los 6.390 puntos, la mayor caída de la historia moderna en la Bolsa española, y ya pierde un 36,6% desde los máximos de hace apenas tres semanas.

La caída de los mercados no encuentra suelo y la magnitud de las restricciones insólitas adoptadas por diferentes ejecutivos para combatir la propagación del coronavirus no hace más que agravar los temores a un verdadero shock en la economía mundial.

Las decisiones de Italia de cerrar todos los negocios, salvo farmacias y alimentación, y de Estados Unidos de suspender los vuelos a Europa sitúan la crisis en una nueva dimensión pese a que China adelantó que lo peor ya había pasado y que habían logrado controlar la propagación de la enfermedad.

La banca española se hundió de pleno porque las medidas del BCE van en dirección contraria a la subida de tipos de interés que precisan para rentabilizar el negocio tradicional.

Por otra parte, a medida que se multiplican las restricciones al transporte, se redoblan las presiones bajistas sobre uno de los valores más afectados desde el estallido de la crisis del coronavirus: IAG. El grupo dueño de Iberia después de sufrir las restricciones de vuelos a China e Italia, perdió un 16,65% tras la decisión de Donald Trump de suspender los vuelos entre EE.UU. y Europa, y el temor a que otros países sigan los pasos de EE.UU.

Las empresas industriales más ligadas al ciclo económico como Arcelor Mittal (-18,18%) o CIE Automotive (-14,89%) registraron descensos históricos pues los inversores consideran que afrontan un panorama cada vez más sombrío sobre la economía mundial y a estas dudas se unen los efectos del desplome adicional que vuelve a registrar el precio del petróleo.

Repsol, primer accionista de Petronor, perdió ayer un -13,34% y ya se acerca al 50% de caída en lo que va de año.

No le van mejor las cosas a empresas vascas ligadas al sector petrolero como Tubacex cuyas acciones perdieron un -10% o Tubos Reunidos, con una caída de nada menos que el 18,5%.

En cualquier caso, las previsiones para el Estado español no son positivas a corto plazo porque el impacto del virus es letal en un sector clave como el del turismo en vísperas de las vacaciones de Semana Santa. No hay que olvidar que la industria turística mueve cerca de 180.000 millones de euros anuales, el 14,6% del PIB, y mantiene unos 2,8 millones de empleos.

-14,06%

El principal indicador del mercado bursátil del Estado español registró ayer un recorte de más del 14%, el mayor de la historia.

14,6%

El sector más afectado por el coronavirus y las restricciones a los desplazamientos es el sector turístico que supone el 14,6% del PIB del Estado español; el 6,1% del de la CAV y el 7% del de Nafarroa. En el Estado el sector sostiene 2,8 millones de empleos y casi 180.000 millones de euros

120.000

El instituto monetario europeo ha lanzado nuevas inyecciones de liquidez y ha disparado el tamaño del paquete de estímulos: se sumará una dotación temporal de compras adicionales de activos netos (QE por sus siglas en inglés) por unos 120.000 millones de euros (frente a los 20.000 millones mensuales actuales) hasta el final del año, ayudando a comprar bonos corporativos.