bilbao - La Naval va a sumar una prórroga más a su larga agonía, que va para dos años. El administrador concursal ha solicitado al juzgado que lleva la quiebra que retrase tres meses más el final de la fase de liquidación, de forma que el interés que ha generado el astillero entre algunos inversores pueda traducirse en ofertas concretas. La principal incertidumbre es cómo se resuelve el recurso judicial presentado al ERE para despedir a la plantilla, que en caso de prosperar obligaría al nuevo comprador a readmitir a 170 trabajadores. Se espera que para el 30 de septiembre -en principio la liquidación terminaba anteayer, 30 de junio-, ya esté aclarada esta cuestión.

El movimiento del administrador puede considerarse una buena noticia, ya que significa que hay alguien interesado en comprar el astillero. Es más, si el propósito es terminar de atar posibles ofertas de aquí a septiembre es probable que haya más de una empresa con la vista puesta en Sestao. La apertura de la fase de liquidación en septiembre del año pasado se explicó precisamente por la necesidad de saldar deudas y hacer más atractivo el astillero para posibles compradores. Si no se estuvieran cocinando ofertas no tendría sentido estirar la liquidación tres meses más.

Desde el Gobierno vasco se ha confirmado en los últimos meses que varios inversores “se han acercado” a La Naval con la intención de retomar el proyecto industrial, pero ninguno termina de dar un paso al frente. Hay varios flecos abiertos que no convencen a estos grupos privados, el más problemático el proceso judicial abierto en torno al ERE que supuso el despido de la plantilla. Inicialmente fueron las secciones sindicales de ELA y CAT las que recurrieron el expediente, a los que luego se sumó CC.OO.

La impugnación, anunciada en marzo, sigue sin resolverse, y llegado el mes de julio parece difícil que vaya a haber un pronunciamiento judicial antes de septiembre. La cuestión es que ningún inversor quiere concretar una propuesta sin saber antes si debe contar o no con los 173 trabajadores despedidos -una treintena comenzaron a trabajar ayer en su nuevo puesto en Navantia- y sus condiciones laborales.

El administrador calcula que para el 30 de septiembre ya habrá pronunciamiento judicial en torno al ERE, lo que despejará el escenario en un sentido u otro. En todo caso, para que esta prórroga solicitada por el administrador sea efectiva debe ser aceptada por la jueza que lleva el concurso de acreedores, que se pronunciará al respecto dentro de un par de semanas.

Si la jueza acepta esta prórroga, el administrador tendrá tres meses más para consolidar ofertas. También puede ocurrir que el recurso del ERE se retrase más allá de esa fecha, aplazando de nuevo la presentación de proyectos y, con ello, todo el plan para reflotar el astillero. Por otro lado, el armador Van Oord dio portazo a la finalización de su draga Vox Alexia en Sestao por la falta de un inversor, por lo que la empresa holandesa puede ser otro factor importante a la hora de perfilar el nuevo proyecto.