BILBAO. La firma vasca ha celebrado este jueves su Junta de Accionistas, la misma semana en la que ha firmado el acuerdo con la banca para la refinanciación de su deuda, que se eleva a 351 millones de euros. Uno de sus principales acreedores es a la vez su principal accionista, el BBVA, con un 14 % del capital.

Ante la Junta, el presidente, Jorge Gabiola, y el director general, Carlos López de las Heras, han presentado el plan de negocio pactado con los bancos.

Gabiola ha admitido que los últimos ejercicios y el primer trimestre de este año -perdió 13 millones en los tres primeros meses- han sido malos, pero comienzan "a visualizar un cambio de tendencia".

El conjunto del año 2019 tendrá un Ebitda ligeramente positivo pero un resultado neto negativo, por la influencia del primer trimestre, pero en los próximos años esperan dar un vuelco a la situación hasta llegar a beneficios en 2021 o 2022.

Estas perspectivas se basan en tres datos: la cartera de pedidos -con el citado aumento del 65 %-, las mejores rentabilidades de los productos fabricados -el precio medio ha subido un 7 por ciento en mayo respecto al cierre del 2018- y el plan de transformación.

Así, el plan de negocio busca obtener un Ebitda mínimo recurrente de 40 millones de euros y un margen mínimo sobre ventas del 10 por ciento. El objetivo para el año que viene es crecer a un ritmo de generación de Ebitda de 40 millones anualizado, y ya en 2021 consolidarlo, lo que permitiría volver a los beneficios.

Para ello buscarán mantener su posición en Estados Unidos mientras duren los aranceles al acero europeo, mejorar la flexibilidad del grupo y gestionar la deuda.

Tubos vende el 40 por ciento de sus productos en USA, de ahí el impacto que el arancel tiene en su actividad. "Seguramente seguirán, y tenemos que convivir con ellos", ha admitido el presidente, mientras buscarán nuevos mercados.

Las perspectivas de Tubos son que la recuperación de las inversiones en prospecciones de petróleo y gas van a seguir en los próximos años, -calculan un 8 por ciento hasta el 2022 en USA-, de ahí que confían en seguir aumentando los pedidos en el país norteamericano.

Mejorar la flexibilidad supondrá que cada fábrica -Tubos tiene la factoría principal de Amurrio, la de Productos Tubulares (en Trapagaran), y tres más pequeñas en Euskadi y Estados Unidos- "hará aquello en lo que sea más eficiente, con el menor coste".

Será con la plantilla actual, de 1.300 trabajadores, de los que el 98 por ciento son fijos. No se prevé ningún ajuste y, de hecho, Tubos tiene tres expedientes (Ertes) en activo, pero en la práctica, gracias al aumento de pedidos, no está aplicando ninguno.

También seguirá trabajando la acería de Productos Tubulares, que la anterior dirección planteó cerrar el año pasado.

Respecto a lo financiero, el pago de la deuda ordinaria del grupo, de 90 millones de euros -el resto es la convertible- será afrontada, según el plan, mediante la generación de caja.

Gabiola también ha admitido que no está satisfecho con la cotización de la acción, que ha subido un 71 por ciento en lo que va de año, pero "porque partía desde muy abajo", tras bajar un 80 por ciento el año pasado.

Igual que los resultados, confía en que remonte "trimestre a trimestre. El mensaje es positivo y esperanzador. Tenemos futuro", ha concluido Gabiola.