bilbao - El termómetro económico mensual que elabora el Gobierno vasco recuperó algo de temperatura en abril después de casi un año de descensos. Se trata de un indicador que tiene en cuenta diversas variables asociadas a los distintos sectores con las que se obtiene una cifra media que refleja cuál es la salud de la actividad económica. En abril el termómetro subió a 104 puntos, siete décimas más que en marzo, con lo que se mantiene justo por encima del umbral que limita el escenario de “crecimiento sólido”.

Es la primera vez, desde que el Ejecutivo empezó a realizar esta estadística en mayo del año pasado, en que la economía vasca recupera algo de calor. En los diez meses anteriores la curva había seguido una trayectoria descendente, tendencia que se rompe por unas décimas en el mes de abril.

A pesar de que las previsiones apuntan a que la desaceleración se dejará notar sobre todo a partir del ecuador de este año, este repunte de la actividad en abril “hace pensar que en el inicio del segundo trimestre se ha frenado el proceso de desaceleración vivido en 2018”, señala el informe que elabora el departamento de Hacienda y Economía. Es pronto para aventurar por dónde puede discurrir el resto del ejercicio, aunque está claro que el buen dato de abril apunta a que la gravedad del parón económico será menor de lo esperado.

Por ahora el termómetro de Euskadi resiste por encima de la barrera de los 100 puntos, es decir, se mantiene en un contexto de “crecimiento sólido” -la franja entre 50 y 100 denota un crecimiento suave- gracias a que los servicios y la industria “dan muestras de estabilidad en su evolución”, señala el informe. Esta misma semana el INE ha hecho una lectura favorable de la situación de la industria vasca, que aumentó la facturación y los pedidos claramente por encima de la media estatal. Lakua ya avanzó que en el primer trimestre la recuperación de las empresas industriales había sido “más firme de lo esperado”.

En ese sentido, el índice de actividad industrial de abril repunta una décima en el cuadro macro hecho público ayer por el Gobierno vasco, mientras que el apartado que mide el clima industrial mejora también respecto a marzo, aunque continúa en terreno negativo. Aunque no son variaciones significativas, sí se observa una tímida recuperación de los principales indicadores del sector manufacturero que de momento alejan una posible entrada en recesión.

Hay que recordar que las empresas industriales vascas no se mueven en un contexto favorable, sacudido por los factores de inestabilidad a nivel global como el Brexit o la guerra comercial entre EE.UU. y China. Los principales socios comerciales de Euskadi como son Alemania y Francia llevan meses en fase de estancamiento, incluso con caídas puntuales de la actividad industrial, lo que tampoco ayuda a sostener los niveles de crecimiento de los últimos años.

En cuanto a los servicios, en abril mejora el comercio pero retrocede ligeramente el sector hotelero pese a la Semana Santa. El otro dato negativo es el frenazo en la recuperación del mercado inmobiliario, con un índice en la venta de vivienda de solo 3 puntos cuando a finales del año pasado se situaba por encima de 8.

servicios y turismo Al margen de la variación mensual, el termómetro económico mantiene dentro de los parámetros de situación “excelente” al sector hotelero, el transporte en avión y la cifra de negocios en los servicios. El resto de indicadores observados en la estadísticas se manejan en el escenario “bueno” o “muy bueno”, a excepción del índice de producción industrial, que pese a remontar una décima sigue en situación “mala”, y la matriculación de vehículos de carga -elemento muy ligado a la salud de la industria y la construcción-, con una evolución “muy mala”.

Entre las variables que recoge el termómetro del Gobierno vasco hay tres directamente ligadas al mercado de trabajo, las tres en situación positiva. En primer lugar se mide la evolución de la ocupación en términos de afiliación a la Seguridad Social, que mantiene la buena dinámica de los meses anteriores aunque con cifras algo más suaves que en la recta final de 2018. En cuanto al volumen de contratos se mantiene el ritmo en relación a marzo aunque este índice sí pierde fuerza de forma clara en comparación con el año pasado -en el primer examen del termómetro obtuvo un 5 y ahora está en 0,1-. Aun así, en abril se produce una aceleración en la bajada del paro, como remarcó el Gobierno vasco.

Pese a la dispar evolución de cada variable, a nivel general la economía vasca logra poner fin a diez meses de pérdida de ritmo. La previsión oficial estima que el PIB de la CAV crecerá menos que el año pasado, en torno al 2%, con un avance del empleo de unos 15.000 puestos de trabajo. En los cálculos del Ejecutivo está una pérdida de ritmo económico significativa a partir del verano, aunque por ahora los síntomas apuntan en dirección contraria.

La evolución de los ingresos fiscales, con un avance del 3% entre enero y abril, también refleja que por ahora la actividad económica está manteniendo el ritmo.