bilbao - “Las mujeres hemos tenido que demostrar el doble que los hombres para llegar a los puestos directivos, “, explica por experiencia propia esta licenciada en Empresariales por la Comercial de Deusto. Madre de tres hijos, dos chicos y una chica “muy peleona en la lucha de la igualdad”, siempre tuvo claro que no quería renunciar a su vida personal, pero tampoco a su trayectoria profesional. A fuerza de esfuerzo y sacrificio lo consiguió. “Las mujeres solemos tener un exceso de responsabilidad mal entendido”, reconoce la directora gerente de El Transbordador de Vizcaya, para quien todavía vivimos en una sociedad muy machista.

Antes de su actual puesto trabajó en distintas empresas como gráficas Lertxundi, Aurora Polar, donde desempeñó puestos de responsabilidad, pero todos los caminos le conducían a Madrid y como no quería irse realizó su particular periplo laboral, al tiempo que tuvo a sus tres hijos.

Reconoce que a muchas mujeres con puestos directivos les gustaría quedarse embarazadas o tener más hijos, “ algunas no se atreven a dar el paso por miedo a perder su trabajo o tener menos posibilidades de ascenso y hay otra generación de mujeres más jóvenes que tienen claro que no quieren complicarse la vida y no desean ser madres, porque el tema de la conciliación todavía es una asignatura pendiente en este país, aunque luego nos quejamos de que es uno de los más envejecidos del mundo”, señala Marta, que era la única fémina entre cinco hermanos. “Mi padre era muy exigente con todos; nos inculcó el valor del esfuerzo y del trabajo desde pequeños; las personas somos también lo que vemos en casa, a pesar de que a mí por ser mujer se me asignaban tareas que no hacían mis hermanos, pero eran otros tiempos donde nuestras madres nos educaban para que fuéramos a la Universidad, pero mantenían nuestros roles de género”, dice agradecida por la formación recibida, mientras que recuerda que de los 70 alumnos de su promoción, poco más de una docena eran mujeres.

Reivindica para las mujeres un espacio de libertad, “que se nos trate en igualdad y se nos respete sin miedo. Hay que trabajar mucho esas parcelas” indica, mientras reconoce sentirse satisfecha en su actual puesto de trabajo. “Es un proyecto bonito y conformamos un equipo que hace bien las cosas. El Puente es una joya, que no está del todo valorado. Además de cumplir su función vial, es tremendamente bello”, dice.

Firme partidaria de apoyar a las mujeres jóvenes a que lideren el cambio, “porque hay mucho talento femenino más que preparado, que tienen miedo, pudor a sobresalir. Por eso tenemos que acompañarlas, mujeres y hombres, porque si no el talento se pierde”. - N. Lauzirika