BILBAO - La transición hacia el vehículo eléctrico abre nuevas oportunidades de negocio para el fabricante vasco de componentes de automoción Gestamp, según señaló ayer su presidente, Francisco J. Riberas, en el transcurso de la junta general de accionistas celebrada en el palacio Euskalduna de Bilbao. Riberas argumentó que la compañía que preside está en la primera línea tecnológica para aligerar el peso de los chasis manteniendo y reforzando su rigidez estructural. Y este ahorro de peso es fundamental en el vehículo eléctrico para contrarrestar el mayor peso de las baterías que alimentan los motores de los nuevos coches.

Riberas recordó que todo el sector de automoción está comprometido con conseguir un mundo libre de emisiones contaminantes pero advirtió que el “proceso de transición debe hacerse con sentido común para no hacer daño a un sector industrial tan importante como es el del automóvil”.

El presidente de Gestamp criticó el hecho que ciertas declaraciones públicas están “generando miedo a cambiar de coche”, con el resultado de que el consumidor mantiene los vehículos viejos, que son los más contaminantes, sin renovar.

En este sentido recordó que el mercado mundial del automóvil no creció el pasado año “en un escenario macroeconómico y del sector, complejo” pero destacó que Gestamp se había comportado “de una manera favorable, creciendo mucho más que el mercado” gracias a su estrategia de trabajar cerca de los clientes “para ayudarles a solventar sus problemas y satisfacer sus necesidades”.

El resultado de esa política es que Gestamp tiene ya, según Riberas, 109 plantas en 22 países y además está creciendo en China, el mayor mercado mundial del automóvil y la primera potencia del coche eléctrico.

El máximo responsable de Gestamp destacó que la compañía, gracias a su tecnología por la estampación en caliente para aligerar peso, tiene un gran potencial, al igual que con su apuesta por desarrollar las futuras cajas de baterías de los coches.

Este potencial de crecimiento lo argumentó el consejero delegado, Francisco López Peña, indicando que los fabricantes de coches buscan nuevos desarrollos y soluciones para cumplir con los objetivos regulatorios europeos de CO2. Esto conlleva un aumento de la subcontratación por las firmas automovilísticas de proveedores globales como la firma vasca, algo que fortalece la posición de Gestamp en la captación de nuevos negocios.

Además, López Peña señaló que aunque la producción mundial de coches había caído cerca de un 1% en 2018, Gestamp creció un 10% hasta facturar 8.500 millones de euros, con un beneficio neto de unos 257 millones de euros, un 7,5% más.

En cambio, el inicio de 2019 ha sido menos favorable pues Gestamp ha obtenido un beneficio neto de 40,7 millones de euros en el primer trimestre del año, un 35,2% inferior al del mismo período de 2018, tras los ajustes derivados de la nueva normativa contable NIIF 16 y el menor negocio en Europa Occidental.

Con todo, la cifra de negocios aumentó un 5,4%, hasta los 2.169 millones de euros gracias, sobre todo, al crecimiento en Norteamérica y Europa Oriental.