Fintech (Finantial Technology) e Insurtech (Insurance Technology) son anglicismos de dos líneas de desarrollo tecnológico orientadas a los sectores financiero y de seguros a las que merece la pena prestar la atención debida. En los últimos años una actividad creciente de productos, servicios y empresas han comenzado y cambiarán la forma en la que personas y empresas interactúan con bancos, aseguradoras y otros intermediarios del sector. Con un fuerte desarrollo tecnológico por detrás, están integrando una combinación de aplicaciones móviles y soluciones adaptadas a través de soluciones extraídas de los campos de Inteligencia artificial, Big data/analítica de datos, procesamiento de voz, machine learning o Blockchain.

Las cifras que se están manejando no son de broma. El año pasado la batuta en cuanto a inversión en empresas y desarrollos la llevó EE.UU. con 52,5 billones, muy por delante de Europa (34,2) o Asia (22,7). No obstante, se estima que debido a las mareantes cifras asiáticas de creación de clase media, así como de polos geográficos de conocimiento e inversión ya existentes, se espera que Asia vaya tomando un papel mucho notorio, cuando no de liderazgo.

¿Y a qué se dedican estas empresas y desarrollos exactamente? Pues ofrecen desde soluciones básicas de procesamiento de pagos a servicios de información, asesoramiento sobre inversiones y/o financiación, plataformas o escaparates en la red permitiendo a cualquier particular o institución financiar empresas o productos/servicios. En general, incorporan todo tipo de servicios financieros específicos orientados a clientes de forma más barata, más rápida y con configuraciones mucho mejor adaptadas a distintos públicos que las convencionales.

Algo similar está ocurriendo en el ámbito de los seguros con servicios íntegramente on line, experimentando una proliferación de nuevos actores e intermediarios cuyas propuestas son capaces de configurar las características del producto más adecuado para cada cliente en función de sus circunstancias, y ofrecer servicios automatizados para reclamaciones, actividades de marketing y evaluaciones de riesgos, por poner ejemplos.

¿Y quién está invirtiendo en estas iniciativas? Evidentemente, las mayores instituciones financieras/aseguradoras están poniendo cantidades ingentes, pero estudios del sector dejan a las claras que empresas tecnológicas globales, en principio ajenas al sector, han entrado a su vez a invertir de forma decidida cambiando el mapa de actores del sector.

En paralelo a una creciente proliferación de empresas de reciente creación que se desarrollan y son compradas por los líderes habituales del sector, existen a su vez auténticos gigantes que hace no mucho eran prácticamente desconocidos. Prueba de ello son empresas como Ant Finantial, la matriz de la plataforma china de pago Alipay, con un valor un 40% superior al famoso banco de inversión Goldman Sachs. Worldpay, una empresa británica de procesamiento de pagos que acapara casi la mitad de los pagos británicos online y funciona en 146 países con unas cifras de negocio mareantes o Refinitiv, que maneja diariamente unas 40 millones de acciones.

Si en un sector tan regulado como el financiero se está dando este cambio, el previsible aunque incierto marco de la “banca abierta” en Europa y el resto del mundo generará un boom en el que gigantes tecnológicos y cientos de nuevas empresas tendrán un rol hasta ahora desconocido.

En cuanto a todas las tecnologías mencionadas, llama la atención la de Blockchain. Aun promete ser la tecnología que va a permitir asegurar la realización de transacciones entre personas y empresas con un nivel de seguridad no conocido hasta la fecha. Al parecer, estos últimos años gran parte de la inversión ha ido destinada a la generación de infraestructura necesaria, pero según diversos expertos, será a partir de este año cuando los productos, servicios y negocios basados en esta tecnología emergerán de forma continuada. Veremos.

En cuanto a las zonas geográficas que concentran un mayor número de nuevas empresas en este campo, indicadores como mayores ratios de adopción de este tipo de productos, políticas y regulaciones proclives, un ecosistema de intermediarios, personas con talento y competencias alrededor de estas temáticas apuntan a las ciudades Chinas de Pekín, Shangai, Hangzhou y Shenzen, las Americanas de Nueva York y San Francisco. A Tokio, Singapur, Londres, Sidney o Israel.

En lo que respecta a Euskadi, recientemente un conjunto de agentes como Ayuntamiento de Bilbao, Diputación de Bizkaia, Mondragon Unibertsitatea, Dominion y Abside han contribuido al nacimiento de la primera incubadora de empresas especializada en Fintech. Intentar predecir el éxito o fracaso de las empresas que se desarrollen no tiene mucho sentido, lo que sí se puede decir es que parte de la tecnología que utilizarán será necesaria y de posible aplicación no solo en el sector financiero, sino en muchos otros también estratégicos para el país.

Teniendo en cuenta el panorama global, tejer una red que integre una formación específica en tecnologías relacionadas, la colaboración entre las iniciativas que vayan surgiendo con empresas ya existentes, y un caldo de cultivo para que personas talentosas se orienten a este campo será fundamental. El mundo va a toda velocidad y quedarse parado implica retroceder. A trabajar toca.