bilbao - La antigua CEL vuelve a estar a pleno rendimiento bajo el paraguas de Lucart. La multinacional italiana sigue dando pasos para asentar el proyecto y, en ese camino, busca ahora reforzar la planta de Ar-tziniega concentrando en el municipio alavés toda la producción de converting -fabricación de papel higiénico, servilletas y otros productos de papel-. Para ello ultima un acuerdo con la Diputación de Bizkaia para hacerse con la propiedad de la maquinaria de converting de Güeñes, que a su vez quedaría como centro logístico. Artziniega aumentaría su peso específico en el grupo y pasaría a contar con unos 80 trabajadores, aunque las previsiones de producción de Lucart demandarían incluso una plantilla mayor.

Por ahora el escenario que ha dibujado la multinacional italiana “tiene buena pinta”, señalan fuentes del comité de empresa, que valoran que de momento los nuevos propietarios están cumpliendo los planes acordados a finales de 2017 cuando tomaron las riendas del grupo CEL. Como estaba previsto, en este arranque de año han vuelto a la plantilla los últimos trabajadores que quedaban en el ERE aprobado durante el concurso de acreedores.

Además, la empresa ha recurrido ya a la bolsa de trabajo que creó con las personas que estaban en plantilla en la fase de CEL y que quedaron fuera en un primer momento. Han sido unos pocos, no más de media docena de contrataciones, lo que supone en todo caso situarse por encima de los 145 puestos de trabajo previstos inicialmente, un síntoma de que las cosas avanzan por el buen camino.

Lo hacen además en los tres frentes con que cuenta el grupo. El primer pilar, la papelera de Aranguren, lleva tiempo a pleno funcionamiento sin parar de lunes a domingo. La unidad de converting de Güeñes tardó algo más en estar operativa, pero ya a finales del pasado año se puso en marcha para ir cogiendo ritmo en estos primeros compases de 2019. En cuanto a la planta de Artziniega, donde se fabrican jabones, no llegó a parar durante el concurso.

Las instalaciones del municipio alavés, pegado a Bizkaia y a menos de 20 kilómetros de Güeñes y Aranguren, verán reforzado su protagonismo. Los planes de Lucart pasan por trasladar a Artziniega la producción de converting de Güeñes -papel higiénico, rollos secamanos y otras bobinas para talleres, principalmente-, mientras que las instalaciones del municipio vizcaino quedarían como centro logístico.

Para ello necesita eso sí el aval de la Diputación de Bizkaia, que es la propietaria de la maquinaria. La intención de Lucart es hacerse con la propiedad de las máquinas de Güeñes, para lo que ya está negociando con la institución foral, que reclama a su vez una serie de compromisos con la actividad y el empleo para acceder al traspaso. En principio el hecho de que Artziniega se encuentre en el herrialde vecino no reviste un problema grave dada la cercanía a la zona de Enkarterri donde residen buena parte de los trabajadores.

El impulso que recibiría la planta de Artziniega elevaría el número de trabajadores a alrededor de 80, con lo que se convertiría en el segundo pilar del grupo en Euskadi junto a la papelera de Aranguren. La dirección italiana contempla incluso activar una tercera línea de converting, lo que redundaría en este impulso que se pretende dar a Artziniega y demandaría un nuevo relevo y por tanto una cantidad de empleados todavía mayor.

En conclusión, las bases del nuevo ciclo abierto con la llegada de Lucart hace algo más de un año son sólidas. El cambio de propietario supuso importantes recortes en las condiciones laborales y superar un largo periodo de incertidumbre después de que tres de los cuatro potenciales compradores se hicieran a un lado a última hora, pero la sensación entre los trabajadores es que el nuevo proyecto es serio.

Y el mercado está respondiendo. Se han retomado las relaciones con los antiguos clientes y se han cerrado importantes pedidos que aseguran el trabajo para este ejercicio. Desde el comité se destaca que en los últimos meses ha habido un aumento importante de la carga de trabajo lo que a día de hoy permite recuperar el optimismo.