MADRID - El juicio por las denominadas tarjetas black de la antigua Caja Madrid entró ayer en una nueva fase tras declarar Jaime Terceiro, presidente de la caja de ahorros madrileña entre 1988 y 1996 y antecesor de Miguel Blesa en el cargo, y asegurar que tras su salida de la entidad financiera el gasto con dichas tarjetas se multiplicó por 138 y dejaron de usarse para lo que se crearon ya que eras, según Terceiro, tarjetas de representación “white no black”-
Terceiro aseguró en el juicio que fue él quien decidió nada más llegar a la caja de ahorros madrileña entregar tarjetas de crédito visa a los miembros del consejo de administración de la caja. Pero dichas tarjetas, que durante todo su mandato tuvieron un límite mensual de 600 euros (100.000 pesetas), solo se autorizaron para gastos de representación y en ningún caso eran de libre disposición tal y como mantiene gran parte de los acusados.
Sus titulares, según Terceiro, tenían que justificar cada operación pero el gasto medio nunca superó los 250 o 300 euros. El expresidente de la caja afirmó que esas tarjetas se crearon para dignificar el trabajo de los consejeros, que cobraban una dieta anual de 1.800 euros al año. Jaime Terceiro señaló que tras su salida de la entidad, “se me ofreció el cargo de una gran empresa para que aceptase dejar Caja Madrid”, y al valor actual del euro, esas retribuciones se multiplicaron por 138 hasta alcanzar los 500.000 euros al año.
Terceiro reiteró que las tarjetas Visa que vieron la luz en un acuerdo del consejo de administración en mayo de 1988 eran “absolutamente blancas y legales” porque estaban “fiscalizadas” y que empezaron a oscurecerse con su salida de la caja de ahorros madrileña. “Las tarjetas aprobadas eran absolutamente blancas porque eran legales, estaban contabilizadas y se realizaban a través de los circuitos explícitamente definidos”, afirmó.
Por su parte, el vicesecretario general de Caja Madrid entre 1998 y 2006 Vicente Espinosa, señaló que no puede aclarar si las tarjetas referidas eran para gastos de representación o como complemento salarial porque “no había unas normas que regularan aquello”. - E. P.